Capitulo 1 - Clandestinos.

Repasaba mentalmente la conversación con mi mamá mientras me alistaba para salir con mis amigas, Eugenia y Candela

-Hija, la vida no es así como crees, no podes conocer a un hombre y aceptar casarte con él al mes…no estarás embarazada ¿cierto?

-No, mamá, es solo que me enamore

-El amor tarda un poco más que un mes

-Vos estuviste casada con papá durante quince años y el amor nunca llego ¿Cuánto tarda entonces?

-Lo de tu papá y yo es otro tema

-No, mamá, es el mismo tema, vos decís que no me tengo que casar con Pablo porque apenas nos conocemos hace un mes, que porque el amor tarda más en llegar, pero vos estuviste casada toda una eternidad y nunca lo amaste

-¿Vos te escuchas? ¡HACE UN MES QUE CONOCES AL TIPO!

-Hemos pasado mucho tiempo juntos

-¿Ah, si?

-Si

-¿Se conocen tanto como para pasar toda su vida juntos? ¿Te agrada su personalidad, su manera de ver las cosas? ¿Concuerdas en sus opiniones? –La mire inescrutable- ¿O solo son buenos en la cama y por eso creen que ya pueden casarse y vivir juntos para poder tener sexo en la comodidad de un matrimonio? –Abri los ojos como platos- Eso pense –Se levanto del sofá y tomo su cartera- Ahorrate mi invitación, no voy a asistir, suerte en tu vida –Salio por la puerta principal y yo me deje caer en el sillón…Como me haces falta, papá-

Me limpie una lagrima que se deslizo por mi mejilla, me retoque el maquillaje y me mire al espejo; Un vestido azul marino pegado al cuerpo, espalda abierta dejando ver un buen pedazo de piel, una gargantilla dorada al igual que los aretes, Stilettos color negro, perfume y cartera pequeña. Sali a encontrarme con mis amigas.

Si, bueno, acepte casarme con Pablo muy pronto, pero es que enserio me gusta, las palabras de mi madre se colaron inevitablemente en mis pensamientos ¿O solo son buenos en la cama y por eso creen que ya pueden casarse y vivir juntos para poder tener sexo en la comodidad de un matrimonio? Sacudi mi cabeza alejando esos pensamientos…Yo amo a Pablo, si, eso, amo a Pablo.

Baje del auto con toda la elegancia que mis padres me inculcaron desde que llore cuando naci. Le di mis llaves al hombre del valet parking y entre al bar AMNESIA para encontrarme con mis amigas.

-¡LLEGO MARIANA DE MARTINEZ! –Grito Eugenia, mi amiga rubia-

-Aun no es “De Martinez” –Contraataco otra voz familiar-

-Disfrutemos mientras se pueda –Me guiño el ojo Rocio ¿Qué hace ella aquí? Es mi prima-

El alcohol iba y venia, las risas eran descomunales, con Eugenia no dejamos un solo pedazo de la pista de baile sin recorrer, con ellas era siempre así, una noche inolvidable, pero siempre se nos olvidaba, así ha sido desde hace ocho años. Veinte años y no puedo decir que no he disfrutado mi vida porque vaya que lo he hecho.

Mi cabeza duele, mi celular suena en algun lugar de la habitación, me siento en la cama y la sabana se desliza hasta mi cintura, el aire pega directo en mis pechos y noto que estoy desnuda, subo la sabana y me cubro, busco el celular, esta junto a los jeans de Pablo, la brillantez de la pantalla me lastima la vista y me llama… ¿Pablo? –Pongo cara de horror, giro mi cabeza lentamente y veo al hombre que esta boca abajo, recién me doy cuenta de que no estoy en mi cama, ni en mi casa, él no es Pablo. No se con quien dormí ni que hice… ¿Qué hice anoche? ¡Mierda! Me inclino para tomar mi ropa interior, me pongo el brassier e intento hacer el menos ruido posible, no quiero que se despierte mi compañero, quien quiera que sea. De pronto un dedo empieza a bajar suavemente por mi columna vertebral hasta llegar a mi culo, giro la cabeza y lo veo ahí, sonriéndome con cara de dormido, que linda cara, unos ojos verdes incitando a no precisamente cosas buenas, un lunar en la mejilla derecha y una sonrisa que sin dudas podría contemplar toda mi vida

-Buenos días –Dijo con la voz ronca mas varonil que escuche en mi vida-