sábado, 28 de noviembre de 2015

Vos

      



Suspiro mientras escucho los gritos de las personas que están del otro lado del telón. Me miro en un espejo que está en uno de los costados del backstage, me sonrió y no me reconozco. Sé que estoy cansada, me siento cansada. Y esto parece no tener fin. Me aliso una arruga inexistente y entro al escenario. Canto y sonrió, sonrió y canto, miro a todas las personas. El lugar esta atiborrado de personas que vienen a ver a Esperanza y el convento, a Esperanza y Tomas, a las monjas cantando, a Eva hacerle la vida imposible a Esperanza. A divertirse por dos horas y media, después irse a sus casas y dormir.
Que envidia.
-¡Esplendida, Lali! –Me dice uno de los técnicos cuando pase frente a él camino a mi camerino. Le sonrió y sigo.
-Hola, Ma
-Hola, mi amor, ¿Cómo te fue?
-Bien, bien. ¿Cómo estan todos? Voy el domingo por el día de la madre, eh
-Estamos todos bien, Santino te extraña horrores
-Y yo a él, a todos. Deberían pasarse un día por el teatro, así los veo
-¿Cuándo te tomas unas vacaciones, mi vida?
-En enero. Te tengo que cortar, mami, nos vemos el domingo
-Te amo
-Yo a vos
Corto y lanzo el celular al tocador. Me miro al espejo y comienzo a quitarme los dos kilos de maquillaje que insisten en ponerme.
-Hola, Lali –Me saludo cuando por fin quito todo-, con que ahí estabas
Me río un poco y casi al instante los ojos se me llenan de lágrimas, me cubro la cara y me abandono. Me siento tan cansada. Mi celular comienza a sonar, de nuevo, y me tengo que calmar para que quien quiera que sea no se preocupe. No me gusta dar lastima.
Amor llamando
Siento que la sonrisa me va a partir la cara a la mitad. Hace mucho no lo veo, una eternidad casi.
-Hola, amor
-Hola, mi chiquita. ¿Cómo estás? ¿Ya terminaste?
-Si, si, hace como veinte minutos. ¿Vos donde estas?
-En casa, acabo de llegar. ¿Cuándo vienes?
-Quien sabe, capaz hoy, no sabes –Se ríe. Como extrañaba su risa. Un Jajajaja por Whatsapp no es lo mismo.
-Avísame, así no me duermo
-¿Estas muy cansado?
-Algo, pero igual tengo que estudiar la letra para mañana. Si vienes me avisas, ¿Si?
-Si
-¿Estas cansadísima, cierto?
-Tanto
-Te extraño, peti, hazme un lugar en tu agenda
-Mira quién habla, el que va a los Oscar
-La película va, yo me quedo en casa –Río, me miro al espejo y me doy cuenta que cuando escucho su voz es mi parte favorita del día.
-Te amo, te tengo que cortar. Te aviso si voy
-Dale, me quedare despierto esperando el mensaje
Me empecé a cambiar el hábito por mis jeans negros y mi remerita blanca con rayas rojas. Lo más cómodo. Unos zapatos no tan altos y mi cartera. Una bolsa con algunos de los regalos que me habían hecho las fans antes de entrar, revise que todo estuviera en su lugar, y salí.
Salude a todo aquel que se interpusiera en mi camino, me subí a la van que nos llevaría a nuestras respectivas casas. El recorrido dura como hora y media, suerte que a mí me dejan primero. Ventajas del protagonismo.
Entro a mi apartamento y respiro el mismo aroma que respiro hace como seis meses; Abandono. Antes estaba más tiempo en este lugar. Bueno.
Me doy una ducha y así, en albornoz, voy hacia la cocina a preparme mi té de limón con miel, para la garganta. Pongo mi mano en la cintura, mientras espero que el agua este lista, no puedo pasar desapercibido que he adelgazado varios kilos desde que empecé con Esperanza Mía, y encima hoy Suar me dijo que se alarga hasta enero. Una novela que empezó en abril se alarga hasta enero, ¿Cuándo se vio eso? Jamás.
La pava aun no ha chillado cuando regreso con el libreto del capítulo que grabaremos mañana, lo pongo en la mesada junto con un plato con tostadas, el queso crema y la mermelada de zarzamora que tanto me gusta. Dos horas me toma terminar con un termo lleno de té, el paquetito de diez tostadas, el pote de queso crema y medio frasco de mermelada, ah sí, y también me aprendí mis líneas para mañana.
Son las dos con treinta de la mañana cuando estoy metiéndome entre las sabanas, la televisión esta en un volumen diminuto, en TLF estan pasando la repetición de la novela de Campanella. Obra de arte. Lo único que me ilumina, y muy tenuemente, es la lámpara que tengo en mi mesita de luz. La pantalla de mi celular esta encendida, lo que me recuerda que no le saque la vibración cuando volví a casa.
Tres llamadas pérdidas de Amor.
Fuck! Según iba a ir a su casa, o a avisarle si no iba.
Estoy a punto de llamarlo cuando entra la cuarta.
-Supongo que no venís –Me dice, apenas atiendo.
-Perdón, perdón, me olvide
-Está bien, ¿Cenaste algo?
-Tostadas con té, ¿Vos?
-Un tostado con submarino que compre cuando venia a casa. ¿Qué haces?
-Veo Entre Canibales y espero que me venga el sueño, tambien tengo que quedar con la banda para ensayar mañana y… eso, ¿Vos?
-Cuadraba con Marcelo todo para la ultima función de Equus, que vos aun no viniste a ninguna, eh. Y charlaba con mis viejos
-¿Cómo estan? Prometo que para la ultima voy, vos veni a Esperanza mia 
-Te tomo la palabra, aunque no me encante verte chapar con Mariano. Estan bien
-Es una pavada eso
-¿Te digo una cosa? –Hago un ruido con la garganta que le dice que continúe- Me está rompiendo bien los huevos que te sigan vinculando con él
-A mi también, amor, pero ¿Qué queres que haga? Adrian dice que al rating le vienen barbaros los chismentos esos
-A ese es otro que lo voy a cagar a piñas, tiene que dejar de explotarte
-Estas medio violento vos, ¿No? ¿Qué te pasa?
-¿Te digo la verdad? Estoy cansadísimo, necesito vacaciones
-Yo termino con la novela en enero, ¿Nos vamos a algún lugar lejos lejos?
-Me copa
-Te dejo, gordo, necesito dormir
-Te extraño, o venís o voy, pero de esta semana no pasa
-Prometido. Te amo
-Yo a vos
Ambos nos quedamos en la línea, sabe que yo no corto hasta que él corte, y él no corta hasta que yo corte, pero es que no quiero que se termine este momento. Lo extraño tanto, hace dos semanas que lo único que hacemos es hablar por teléfono, o por iMessage, porque estamos lo bastante ocupados como para vernos. No tenemos un segundo libre. Y la verdad es que me hace tanta falta en mi día a día que he pensado muy seriamente el proponerle vivir juntos, pero siempre esta esa vocecita que me dice que tal vez es muy pronto, que quizá no estamos preparados, y que todo podría terminar bastante mal. Hace solo año y medio que volvimos a ser novios, después de Benjamín y de Martina, nuestra relación renació de las cenizas, y ambos, o al menos yo, estoy feliz como la lombriz con la situación.
-Una, dos… tres. Te amo
-Te amo
Cortamos al mismo tiempo, después de escuchar la respiración del otro por al menos veinte minutos.
Lo amo tanto, me hace tanto bien, y tanto mal no estar junto a él.
-Buen día –Me dice el portero de Pol-ka apenas llego. Le sonrió y beso su mejilla.
-Buen día –Le digo, y sigo con mi camino.
Leticia Siciliani se me une y continúa conmigo hasta que yo entro a mi camerino. En el camino me comento sobre que su hermana me queria invitar a su obra de noseque, que le dio mi celular y que en el transcurso de hoy o mañana me va a llamar. Joya.
Hoy tocaba exteriores más que piso, por lo que dejamos las escenas mas cortas, las de piso, para después. Las escenas del reality, y en la calle nos tomaron más tiempo por el simple hecho de que las personas se amontonaban para ver grabar la novela. Siento como la desesperación se apodera de mí lentamente. Suerte que me toca con Natalie y Jimena que sino yo ya fuera de todo menos sonrisas.
Al salir del lugar donde grabamos el reality, un reportero de Desayuno Americano esta esperándome con las preguntas sobre el supuesto romance con Mariano, camina a mi par, aunque yo vaya casi volando, preguntándome sobre que si es verdad que estamos juntos, que si en un futuro estaremos juntos, que si esto, que si lo otro. ¡No, no es Peter, así que no! Que ganas de contestarle eso, por Dios.
-No, con Mariano solo hay amistad, un beso –Digo y me subo al camper en el que me estan esperando para cambiarme el habito.
-Nos vemos mañana, ¿Ya te entregaron el libro? –Me pregunta Paula antes de salir. Asiento, sonrio y beso su mejilla.
-Nos vemos mañana
Le digo, y salgo del lugar a las apuradas. Necesito llegar al estudio de grabación en veinte minutos.
Por suerte no hay mucha gente afuera, por lo que puedo subir a mi auto en menos de lo que se dice Supercalifragilisticoespialidoso. 
De ahí no salgo hasta las doce, y con el auricular en el oído porque estoy conversando con mi contacto de prensa porque como no pude ir a su oficina, pues no quedo de otra que llamarme y conversar sobre las revistas que querían entrevista, los programas de televisión que querían entrevista, los programas de radio que querían entrevista, sobre las fechas de los shows y… prácticamente repasamos la agenda, pero de una forma muy tardada.
-Entonces así queda, hablamos luego, beso.
Corto y bajo del auto, oprimo el número cinco en el ascensor y me recargo en la pared, cierro los ojos y disfruto de ese momento de tranquilidad. El sonido del ascensor llegando al piso me saca de mi transe, estoy buscando las llaves, maniobrando con las bolsas de dulces que me dieron las fans, cuando unos tenis blanco percudido se cruzan en mi campo de visión. Son los tenis blanco percudido de mi persona. La sonrisa ya me parte la cara, antes de ver sus ojos verdes. Suelto todo, no me importa, y me refugio en él.
-Hola, preciosa –Me dice, rodeándome con sus brazos.
-Hola, hola, mi amor, hola –Le digo, y beso su cuello repetidas veces.
-Te extrañaba tanto
Entramos al apartamento y automáticamente nos instalamos en el sillón a platicar, a beber el champagne que trajo y a (esto es lo más importante) hacernos mimos.
-¿Miami te viene bien? –Me pregunta y besa mi cuello.
-Me viene genial, si
Suspira y me mira fijo a los ojos, sonriéndome. Abre mi mano y deposita una caja en ella. Despego mi mirada de su mirada y veo el regalo; Es una cajita aterciopelada negra, mi respiración se corta y lo miro alarmada
-Cálmate, nada que ver –Me dice, despejando mi mente, y me da un beso en la frente.
Abro la cajita, ya más tranquila, y veo que el contenido es lo que hace tanto tiempo le había querido preguntar pero, que no me habia animado. En la tapita hay un mensaje “¿Queres?”. Tomo mi cartera y saco mis llaves, añado las nuevas y lo miro. Me esta sonriendo emocionado.
-Hola, roomie –Me dice, emocionado y eufórico a partes iguales.
Su dedo viaja por mi columna vertebral, desde mi nuca hasta el final de mi espalda, sus labios dejan ligeramente húmedo mi hombro y su aliento diciéndome que me levante es fresco, lo que indica que ya esta para irse. Abro los ojos lentamente y lo veo ahí, sonriéndome como siempre.
-Buen día, dormilona. Se te está haciendo tarde, vamos
-¿A vos no?
-Si, también, pero Lali en la mañana es algo que me encanta ver. ¿Te levantas o te levanto?
-Me levanto, tranquilo. ¿Desayunamos juntos?
-Si, pero levántate ya
Me ato el cabello en un rodete y entro a bañarme. Cuando salgo, diez minutos después, el olor a café con leche invade el lugar. Un jean, una remerita de algodón y zapatos altos. Nada de maquillaje y mi cabello en una coleta alta. Tomo mi cartera y checo que todo este dentro, me pongo un poco de perfume y salgo para encontrarme con mi novio recargado en la mesada, leyendo loquesea en su celular.
-Tienes que cambiar tu auto, es muy chico –Me dice en cuanto se pone detrás del volante. Hoy me llevaría a Pol-ka, se llevaría mi auto, y volvería por mi.
-Ah, buenísimo, regálamelo vos –Me miro sonriendo y guiño su ojo-. Que tarado. Recuerda que tenes que venir temprano, si se te hace tarde, te mato. ¿Entendiste? –Le digo, cuando llegamos a mi destino.
-Entendí –Responde, asintiendo.
-Nos vemos más tarde –Beso rápidamente sus labios y baje del auto.
Siete horas y treinta minutos después, estaba saliendo de Pol-ka, mientras les recordaba a los chicos de la banda, vía Whatsapp, que hoy no había ensayo. Hoy se casa Euge con Nacho. Mariano venia a mi lado, contándome nosequecosa, y Ángela venía detrás de nosotros, cantando en voz baja.
Ya estoy afuera (:
Sonrió y me despido de ellos para apresurar el paso. Saludo al guardia al salir. Este finde no se trabaja y como lo agradezco. Está estacionado justo al frente de la puerta, tiene los vidrios arriba y están polarizados, por lo que no se ve nada para adentro. Espero. Saludo, firmo y me tomo fotos con las fans que están afuera del lugar, Ángela y Mariano llegan, y las fans enloquecen, ese es mi momento de irme. Medio grito un Chau y casi corro al auto. Más cierro la puerta cuando él pone en marcha el auto.
-¿Falta algo para esta noche? –Le pregunto cuándo se detiene en el primer semáforo.
-Creo que no, recogí el traje ayer –Me responde, dándole un apretón a mi pierna.
-¿Te pasa algo?
-Estoy cansado, eso nomas –Asiento, comprendiendo.
El resto del viaje es en silencio. Algo tiene, lo se.
-Lali, ¿Podes apurarte? –Me grito desde la planta baja.
-¡Espérame dos min! –Le conteste y me puse el otro arete.
-¡Ya te espere muchos min! –Dijo, desesperado.
-¡A ver, espérate! –Le dije, asomando mi cabeza por la puerta. Exhalo,  exasperado y asintió, resignado.
Me mire una última vez al espejo y sonreí. Vestido rojo, pegado al cuerpo, con escote, pero no tanto escote. Cabello ligeramente ondulado, con las puntas en bucle. Maquillaje, pero no tanto maquillaje. Perfume y una cartera pequeña en la que solo cabían mi celular y un labial.
-¡Ya, pesado! –Le gruñí cuando baje las escaleras. Me miro, sonrió y me acerco a él por la cintura- ¿Me veo linda?
-Tanto que voy a dejar de quejarme cuando tardes tanto –Sonreí y le rodee el cuello con los brazos-. Te ves muy linda
-Gracias, mi amor –Le dije y termine de juntar nuestros labios.
-¿Vamos yendo? –Susurro sobre mis labios, antes de volver a besarlos.
-Si, deberíamos
-Entonces vamos –Me dijo y se levanto. Estaba sentado en el reposa brazos del sillón.
Rodeo mi cintura y entramos al lugar.
Hoy se casan Nacho y Eugenia, están muy felices, muy juntos, y nosotros estamos muy felices y muy emocionados por ellos. No veía a la familia de Eugenia por ninguna parte, pero si vi a los chicos; Cande y Agustín junto con Roció y Gastón, hablando cerca de la puerta de la iglesia. También veía a muchos paparazis rodeando el lugar. Peter me guio por un pasillo que está al lado, a través de una umbral de madera. Toco una puerta de cristal ahumado, la mamá de Eugenia abrió y sonrió.
-¡Peter, Lali! –Nos dice Eugenia mirándonos por el espejo.
Esta…esplendida. El vestido blanco que diseño Natalia Antolin exclusivamente para ella era precioso; Tenia un corsé blanco, con franjas de tela que cruzaban del pecho al vientre y hacia la espalda, dejando ver su piel bronceada. El faldón era de un tul con flores grabadas y seda debajo como fondo. Ricky Sarkany le había hecho unos zapatos blancos, con tiras cruzando toda la parte de arriba y pequeñas piedras incrustadas. Tenía su cabello recogido en un moño prolijamente unido en la parte de atrás con una, o dos, trenzas, sosteniendo el peinado. Una horquilla con una piedra azul resaltaba en el moño.
-Te ves preciosa –Le dijo Peter, con la emoción inundando su voz-. Te ves hermosa, hermanilla –Euge le sonrió, a punto de soltar las lagrimas. Se fundieron en un tierno abrazo.
-¿Me la presta? –Le susurre al fotógrafo que habían contratado. Asintió, la tome y capture el momento cerca de siete veces.
Se separaron y fue mi turno de abrazarla. Me susurro un “Gracias por hacerlo feliz” al oído. Se que se refiere a Peter. Nuestra relación no había mejorado, ni empeorado, solo se había quedado estancada. Manteníamos contacto por la amistad de ella y Peter. Y en algún punto, eso es bastante triste.
-Euge, antes de conocerte, pensé que mi mundo tenía todo lo que necesitaba para ser feliz. No tenía nada con lo que compararlo. Entonces vos entraste a mi vida y todo cambio. Me di cuenta cuan vacio estaba mi mundo sin ti en él. Y mi propia vida ya no era capaz de hacerme feliz, no sin vos. Adoro todo de vos. Me encanta la forma que tenes de desafiarme, como nadie lo hace. Y amo la forma en la que me miras, como jamás nadie lo ha hecho. Y amo la forma en la que me amas, como nadie lo ha hecho. No puedo imaginarme pasando mi vida sin vos. Y si me decis que si en unos minutos, no tendré que hacerlo. Luces preciosa, por cierto.
-Nacho –Su voz sonaba ahogada. Sonrió-, antes de conocerte mi mundo giraba sobre una cosa; Yo. –Se escucharon risas ahogadas por todo el lugar- Y me gustaba esa forma, yo sola. Pero entonces te conocí y me viste mas allá de la fachada. Vos me viste. Me enseñaste a confiar, a como dejar pasar a alguien hasta mí, y lo que realmente significa enamorarse. Posiblemente no puedo describir todo lo que te quiero, así que te diré porque te quiero; Ves el mundo en una forma que nadie más lo hace, y aprecias todo. Incluyéndome. No hay nadie como vos. Y si decis que si en algunos minutos pasare el resto de mi vida tratando de ver el mundo a través de tus ojos, apreciando todo. Incluyéndote. El más único, maravilloso y terriblemente apuesto hombre que jamás conocí.
-Ignacio y Eugenia, han venido aquí hoy a intercambiar sus votos. ¿Ignacio, tomas a Eugenia como esposa, para tenerla y mantenerla desde hoy, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad todos los días de su vida?
-Acepto
-¿Eugenia, tomas a Ignacio como esposo, para tenerlo y mantenerlo desde hoy, en lo bueno y en lo malo, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad todos los días de su vida?
-Acepto
-Los anillos, por favor –Peter le dio su anillo a Nacho y Agustina, la mejor amiga de Eugenia, se lo dio a ella.
-Eugenia, este anillo simboliza mi deseo para que seas mi esposa a partir de este día
-Nacho, este anillo simboliza mi deseo para que seas mi marido a partir de este día.
-Si alguien puede mostrar una causa justa por la que esta pareja no deba unirse, que hable ahora o calle para siempre. –Nadie hablo- En ese caso. Por el poder que me ha sido otorgado por el estado de Buenos Aires, yo los declaro Marido y Mujer
-¿Puedo besar a la novia? –Le pregunto Nacho a Eugenia- 
-Mas te vale que lo hagas –Le contesto, sonriendo
-Deberíamos casarnos, ¿No crees? –Me pregunto Peter, sentándose junto a mí, en algún momento de la noche.
-¿Estas en pedo? –Negó y apoye mi cabeza en su hombro. Rodeo mis hombros con su brazo- Supongo que en algún momento lo haremos, ¿No? –Asintió y beso mi cabello- Te amo y no me quiero separar de vos jamás
-Ídem, señorita –Sonrío y alzo la cabeza, solo para atrapar con mis labios los suyos.
Lali Esposito @laliespos
Casarse, atar el nudo, matrimonio…todo significa lo mismo: AMOR. Felicidades!! Los quiero @chinasuarez @nachoviale
Escribo en twitter justo después de que el despertador sonara. Peter sigue durmiendo. Puedo ver a Willy, a través de la puerta entre abierta pasearse por todo el pasillo, de arriba abajo. Tenemos que ir a los desayunos por el día de la madre y estoy justo a tiempo para hacer todo lo que tengo que hacer. Me levanto y corro a la cocina para poner a calentar el agua para la infusión con limón que hago todos los días. Entre a ducharme, y Salí en menos de cinco minutos. ¡Nuevo record! Me pongo un short corto, una remera holgada y unos zapatos de plataforma negros. Escucho como la pava chilla, anunciando que el agua ya hirvió. Peter se despierta debido al ruido.
-¿Qué pasa? –Pregunta, o gruñe.
-Pasa que se te está haciendo tarde para ir al desayuno del día de las madres con Claudia y tu familia, dale
-¿Qué hora es?
-Las ocho con doce
-¿Vos nos vas con los Esposito? –Me pregunta, mirándome de arriba abajo mientras se levanta de la cama.
-Sí, pero un poco más tarde
-¿Salimos a cenar después? –Dice, mientras entra al baño.
-No puedo, tengo que ir al estudio de grabación. ¿Me alcanzas allá? –Le pregunto, quitándome la ropa y tomando la que había preparado anoche; un vestido de flores color azul y unas flats negras.
-Si quieres… pero no nos vamos a llevar los dos autos. Prepárate que te dejo en la casa de los Esposito, te vas en remis al estudio, te alcanzo allá y después nos venimos juntos –Dice desde el baño, y suelta una carcajada al final, sé que es por lo último que dijo y el doble sentido.
-Que pelotudo –Le digo entre risas.
Me estoy cepillando el cabello para hacerme una trenza, cuando sus brazos mojados se adueñan de mi cintura. Empieza a besarme el lóbulo de la oreja y suspira
-Que linda se ve mi petiza –Le sonrió a través del espejo, hace mucho que no me decía así.
-¡Pero si vos! –Le digo, girándome aun en sus brazos, tengo toda la cintura húmeda pero, no me interesa. Acaricio su mejilla, y después su cabello, la parte larga.
-Me quiero cortar el cabello –Me dice, besándome los labios.
-¿Si? Yo te doy así, eh.
-Mmm… entonces –Río y su risa me acompaña-. No, pero ya en serio, era solo por El Clan, y después por Equis. Y la obra termina el domingo, para el lunes me deshago de este cabello
-¿Y la novela? –Le pregunto.
-Uh la concha… Es cierto, entonces a bancársela un rato mas
-Por mí, genial. Y solo te debe importar mi opinión, así que… -Me encojo de hombros y sonríe.
-¿Me llamas cuando estés en el estudio? –Me pregunta, antes de bajarme del auto, después de besarnos.
-Sí. Salúdame a tu familia –Asiente y me da un último beso antes de bajarme del vehículo.
A las ocho, después de pasar un buen tiempo con mi familia, de desestresarme un poco, que me preguntaran mil veces por Peter, que si cuando vamos a blanquear el noviazgo para que me dejen de preguntar si soy novia de Mariano… tome un remis al estudio. Ahí estaban los chicos de la banda, todos. Los saludo y poquito después empezamos a ensayar. Tenemos viaje en una semana, invitada musical de los Latin Grammys. Estamos haciendo lo imposible por manejar la emoción y no gritar cada cinco segundos.
-Lali, llego Peter –Me dicen por los auriculares, cuando estoy por empezar a ensayar “Mil años luz”.
Levanto ambos pulgares hacia el vidrio que conecta la cabina y estudio. Entra él por la puerta con un ramo enorme de rosas rojas, le dice algo a Pablo, lo que lo hace levantarse e irse, también a los chicos de la banda que ahora estaban sentados en uno de los sillones del lugar. Frunzo el ceño, pero no dejo de cantar, Peter me dice “Seguí, seguí” con señas. Asiento, achinando la mirada. Cuando se termina la canción, él pone “Te siento” la que indirectamente escribí pensando en él. Me vuelve a decir “Seguí, seguí” con señas. En algún punto de la canción, escucho como se abre el micrófono de su lado, da dos golpes, lo miro y sonríe.
-Amor, ¿Te queres casar conmigo? –Me pregunta, sonriendo y poniendo una cajita aterciopelada sobre la mesa de mezclas, la abre y es un anillo con un diamante pequeño y hermoso encima.
Me quito los cascos en un milisegundo y salgo corriendo a su encuentro. Me detengo frente a él, mirándolo a los ojos.
-¿Qué dijiste? –Le pregunto, alternando la mirada entre el anillo y Peter.
-¿Queres lo que repita porque no escuchaste bien o porque queres que cambie la pregunta? Si queres te pregunto que si te queres mudar conmigo otra vez, no hay…
-Peter, ¿Te queres casar conmigo? –Le pregunto, aun un poco en shock.
-Lali, eso te pregunte yo
-¿Pero por que te queres casar conmigo? No entiendo, hace un año que volvimos, pensé que esperaríamos un poco mas y…
-¿Para qué? No me quiero volver a separar de vos, no te quiero volver a perder –Me dice, y tira las flores por allí. Me rodea la cintura con ambos brazos.
-Ni yo de vos –Le digo, y empiezo a lagrimear.
-¿Por qué me lloras? No quiero que llores, esto no estaba planeado así
-Ah no, ¿Y como estaba planeado? –Le echo los brazos alrededor del cuello.
-Así mira; Yo te preguntaba “Amor, ¿Te queres casar conmigo?” canchero –Sonrió y asiento- ¿Si, qué? No, ahora cállate, te estoy explicando, y vos me dijeras “Claro que me quiero casar con vos, amor mío, divino, potro, genio, te amo” –Sonrió tentada- No que vos me hicieras todas estas preguntas, acá el de las preguntas soy yo, no entendes nada, Lali Esposito –Carcajeo un poco y aprieta el agarre alrededor de mi cintura. Lo acerco más a mí y lo abrazo. Le beso el cuello, me besa el cuello.
-Claro que me quiero casar con vos, amor mío, divino, potro, genio –Le susurro al oído.
Siento como se le corta la respiración, y a mí la cara no me da más abasto para sonreír. Me levanta en volandas, nuestras risas se escuchan por todo el lugarcito, cuando mis pies vuelven a tocar el suelo, se separa y toma la cajita, la que avienta cuando saca la argollita. Me mira a los ojos mientras la desliza por mi dedo, modula un “Te amo” y sonrío.
-Sos vos –Le digo, mientras acaricio su mejilla. Me mira desentendido-. El amor de mi vida, mi persona, mi otra mitad y todo eso, sos vos. Nunca importo realmente que nos hayamos separado, que hayamos estado con otras personas, que hayamos besado otras bocas, porque tú eres para mí como yo soy para ti, siempre regresamos, estamos destinados. –Asiente, mirándome a los ojos y sonriendo.
Es él.