Capitulo 42

Hola, perdon por no publicar, pero tengo dengue y me lastima mucho la luz de la pantalla, asi que...perdon, enserio. Ya pronto estare por aqui. Las quiero y gracias por bancarme, son lo mas, gracias por siempre.

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-Es como una cebolla, hay que pelarlo por capaz, te aseguro que su centro es único

-Si, eso o te apunta con un arma. –Revoleo los ojos- No se como te fuiste a enamorar de Pablo, la verdad.

-Bueno, ese tipo de cosas solo…pasan –Dijo despreocupada-

-¿Vos pensas que…?

-Oh, no, yo se que Pablo esta muy enamorado de Mariana, así que…-Se encogió de hombros-

-¿Qué paso con la cebolla y lo demás?

-Solo he estado con un persona en toda mi vida; Renzo. Y no pienso saltar de alguien como Renzo, a alguien como Pablo –Sonrei orgulloso-

-Me enorgulleces, enserio que si

-Ademas Pablo ni bola –Revolee los ojos-

-¿Vas a salir hoy?

-¿Qué hora es? –Se fijo en su celular-

-Las doce y cuarenta, pense que era muchísimo mas tarde

-Yo tambien, voy a la empresa –Me miro sorprendida y asintió-

La deje mensajeando con alguien mientras me daba una ducha y me ponía ropa decente, cuando volvi al living, ya en mi traje favorito de Armani y zapatos italianos, envuelto en una nube de fragancia cara, Sofia me miro y me abrazo

-¿Dónde has estado? Te extrañe muchísimo

Supe que se refería a mi viejo yo, o a mi vieja apariencia, rei y bese su frente

-Traigo la cena –Asintio-

-Saludame a Martin –Asenti y Sali-

Volvi a subir a mi auto, a mi Audi R8, al auto mas caro que he comprado, me volvi a sentir poderoso dentro de este. De camino a la empresa mi celular sono y decidi ignorarlo, queria disfrutar de cada minuto de vuelta a mi mundo real. De vuelta a mi vida, aunque sea por poco tiempo. Al abrirse el ascensor en la planta alta, me tope con Annie, estaba con su carita larga y una caja de carton llena con sus cosas, alzo la mirada y se encontró con la mia totalmente confundida

-Annie ¿Qué paso?

-Me despidieron

-¿Cómo que…? –Asintio y una lagrima rodo por su mejilla-

-Si, dijeron que como vos no apareces mas no tengo con que trabajar y…

-¿Quién fue?

-Mario –Con el dorso de su mano seco tu nariz, le ofreci mi pañuelo-

-Volve a tu lugar de trabajo antes que el que te eche sea tu verdadero jefe, o sea yo –Su cara se ilumino, dejo las cosas sobre el mostrador y me rodeo el cuello con los brazos-

-¡Gracias, gracias, Peter! –Negue y bese su mejilla-

-A tu lugar, Anabel –Asintio- Vamos a ver si seguís echando a mi personal, cabron –Dije mientras me encaminaba a la oficina de Mario Rubalcaba, no toque, solo entre-. Explicame porque echaste a mi asistente sin mi supervisión

-¡Pedrito, bienvenido! Cuanto tiempo, che… ¿Seguis trabajando aquí? –Dijo con total arrogancia- Mira vos los privilegios de ser el hijo del dueño 

-Deja la estupidez, Mario, respodeme lo que te pregunte

-La eche porque la piba no tiene trabajo, no esta vos así que no tiene a quien asistir ¿Se le va a pagar nomas por bonita? Yo creo que no

-Con mi personal no te metas, Mario, su trabajo es ese y el que decide si se va o no, soy yo, vos no te metas ¿Estamos? Gracias –Sali dando un portazo-

-Hijo, Anabel me dijo que estabas aquí. Entra –Me dijo antes de entrar en su oficina, lo segui-

-¿Qué pasa?

-¿Vuelves definitivamente? –Tenia cierto brillo de esperanza en sus ojos-

-No

-¿Y que haces aquí?

-Vengo para saber como estan las cosas

-Oh, estan bien, deberías pedirle una situación general a Annie, así tiene algo para hacer ¿Si? –Asenti- ¿Cuándo vuelves?

-Aun no se, espero que no falte mucho, extraño mucho mi trabajo –Asintio comprendiendo-

-Entonces hay que ponerte al dia, hay dos personas a quienes tenes que conocer, veni

Lo segui hacia afuera del lugar y despues a través del despacho, las miradas de sorpresa y alegría cuando me miraban eran infinitas, siempre pense que le caia mal a la mitad del personal, veo que no es así. Entramos a una gran oficina que se dividia en dos oficinas, en una de ellas estaba escrito Luisana Lopilato y en la otra Belen Chavane, mi papá toco la puerta con el nombre de Belen

-Te vas a sorprender mucho –Me dijo prometedor-

-Adelante –Dijo una voz femenina y fuerte-

Entramos y si, me sorprendi, y de que manera; Dentro habia dos mujeres muy hermosas, una rubia sonriente y una morocha que se veía muy inteligente, ambas lucian muy profesionales en esos trajes de falda color oscuro, profesionales y sexys, la rubia se quito sus anteojos y me miro intrigada, la morocha miro a mi padre totalmente embelesada, su mirada representaba mucha admiración, algo así como lo que yo sentía hacia él

-Martin, buenos días –Le dijo la morocha-

-Belen, buenos días –Le sonrio-. Hijo, te presento a mis mas recientes descubrimientos –Dijo orgulloso-; Ellas son Luisana Lopilato –Señalo a la rubia que desde que entre no dejo de ver- y Belen Chavane

-Peter Lanzani, un gusto –Les dije y me miraron sorprendidas-

-¿Peter Lanzani el arquitecto mas joven egresado de la facultad de Arquitectura de Buenos Aires en obtener el premio Pritzker? Que honor –Me dijo Luisana mientras su cara se partia en dos debido a su gran sonrisa-

-Ese mismo –Le sonreí timido. Nunca pense que ese premio sirviera de algo-

-Felicitaciones ¿Sabes que en la facultad te tienen como un Dios? A vos y a Martin –Me dijo Belen admirando-

-Bueno, no tenia idea

-Los dejo solos, no las distraigas mucho, Peter –Me dijo mi padre, se acerco a mi oído- Ahora tu morocha no es tanto ¿Cierto?

Salio y mire la puerta por la que se habia ido ¿Enserio dijo eso?

-¿Y? –Me pregunto Luisana, la mire y sonrio inocente- ¿Vamos a mi oficina?

Mire a Belen, ella habia devuelto la vista a los papeles en su escritorio y aislándose del mundo

-A ella no le importa –Me encogi de hombros y asentí-

Se acerco a mi y tomo mi mano, salimos y cruzamos el pequeño pasillo hacia su oficina, esta era mas neutro y con obras abstractas en las paredes. Apenas entramos y se quito la chaqueta. Se sento en la orilla del escritorio y me acerque a ella

-Peter Lanzani

-Suena lindo ¿No? –Asintio sonriendo-

-Luisana Lopilato de Lanzani –La mire sorprendido-. Suena lindo ¿No? –La mire sin decir nada- Tenes novia ¿Cierto?

-Algo así

-Me lo imagine. ¿Empezamos de nuevo?

-Buena idea –Me sonrio y se enderezo-

-Luisana Lopilato, arquitecta

-Peter Lanzani, arquitecto

-Un gusto –Asenti diciendo lo mismo- ¿Queres hablarme de esto?

Sostuvo en alto algo de lo que me habia olvidado; Mi libro. “Soy arquitecto ¿Y ahora que hago?” me sonrio tierna y asentí. Habia escrito el libro en unas pequeñas vacaciones que tuve despues de egresarme de la facultad, me habia ido a Italia y disponía de mucho tiempo libre, entre mujeres y noches de alcohol, llamadas de mi padre y estrés por no decidir si trabajar o no con él, escribi un libro. Mientras recorría los callejones de Italia con una bella italiana, Giovanna, mire un cartel que decía “Planta un árbol, escribe un libro, ten un hijo” y algo me golpeo, no literalmente, cuando llegue al hotel, encendí mi computadora y escribi un libro, solo me faltaba plantar un árbol y tener un hijo. Cuando volvi a Baires le conte a mi padre y se entusiasmo muchísimo, decidió publicarlo, causo revuelo por mas de dos meses, despues decidi olvidarlo, acepte trabajar con mi padre y despues mi vida fue lo mismo. Cada tanto me cruzo con personas que saben de la publicación, pero no pasa muy a menudo. No es algo que salga a colacion en las reuniones familiares, es muy loco, pero solo escribi el libro porque decidi adoptar esa frase (Planta un árbol, escribe un libro, ten un hijo) para mi vida. He plantado muchos arboles, escribi un libro, solo me falta el hijo, pero ese decidi relegarlo mas, o tal vez podría plantar mas arboles y escribir otro libro en lugar de tener al hijo, tal vez.

-Es mi libro favorito y es muy triste saber que lo escribiste por escribirlo

-Oh, no, me gusto escribirlo y me gusta lo que dice, pero no es lo todo en mi vida

-¿Lo firmarías? –Pestañeo un par de veces y tome el bolígrafo que me ofrecia-

Para Lu la mejor arquitecta con el mejor método de convencimiento con la que me he topado (eso te servirá de mucho). Bienvenida a Lanzani & Lanzani…Suerte, linda. BESO PETER LANZANI

Se lo entregue, leyó y me sonrio

-Este no es mi mejor método de convencimiento –Me dijo coqueta-

 Continuara 

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Beso