Capitulo 39

Lali Esposito

Sos mas tierno, pero para ¿Tomaste mucho?

Me llego ese mensaje de Lali ¿Tierno? ¿Qué le dije? Revise la conversación y encontré el porque de su respuesta

Estoy muy borracho y sigo pensando que eres perfecta y que te amo

Peter Lanzani antes de Mariana Esposito jamás hubiera escrito eso cuando estaba borracho, nunca. ¡Mierda! Estoy enamorado.

No, no tome tanto. En un rato vamos (:

Me sentí aliviaa al recibir ese ultimo mensaje de Pitt ¡Viene a mi rescate! ¿Exagero? Tal vez ¿Lo extraño? Claro que si. Mientras esperaba a que mi caballero en brillante armadura entrara por esa puerta y me rescatara del dragon escupe fuego, al que llame Pablo. Los días habían pasado lento desde que habia llegado a casa, aun recuerdo los gritos de Pablo

-¡¿DÓNDE MIERDA ESTABAS?! –Me grito apenas entre-

-¡Que te importa! –Le dije seca y con semblante enojado-

-¡Te calmas, Mariana, porque me estas colmando la paciencia!

-¡¿Y ACASO PENSAS QUE VOS A MI NO?! –Le hace la voz y se sorprendió. Me regocije por dentro-

-¡Me importa una mierda! ¡Sos mi mujer, tu lugar es a mi lado! –Me tomo de prepo y me llevo hacia la habitación, casi me caigo con el primer escalon, así que me tomo y me cargo el resto del camino, me bajo sin previo aviso cuando llegamos al umbral- Te voy a preguntar una ultima vez; ¿Dónde.mierda.te.metiste? –Su mirada estaba cargada de furia-

-¡Que te importa! –Exhalo fuertemente y se agarro la cabeza-

-Bueno, dale

Salio de la habitación dando un portazo y aproveche para sentarme en la cama y recuperar el aire que habia abandonado mis pulmones. La puerta se vuelve a abrir, Pablo y dos tipos grandes y musculosos entran a la habitación y por puro autoreflejo me pongo de pie

-Ellos son Raul y Hector -Señalo a los hombres, pero yo solo lo veía a él-. Chicos, ya saben lo que tienen que hacer. Adios, amorcito –Me acerco a él por la cintura para besarme-

-¿A que te referis con que ya saben lo que tienen que hacer, Pablo? ¿Qué es lo que tienen que hacer?

-Ellos, mi querida esposa, van a ser tus guardias, se van a asegurar que nadie entre y que nadie salga de esta habitación -Me dio un ultimo beso y antes de que pudiera reaccionar, se fue-

Intente salir varias veces, pero todo fue en vano, ellos tenían bien en claro lo que tenían que hacer y no iban a fracasar en su misión. No Sali mas que para desayunar y cenar, ni siquiera almorzaba, Peter no habia vuelto a trabajar, Sofia y Nicolás tampoco, por lo tanto estaba muy aburrida y sola todo el dia, Eugenia se habia ido a nosedonde con su familia y Cande estaba cuidando a Agustin que se habia enfermado, así que tampoco las podía llamar. Una semana despues me decidi a pedirle a Peter que volviera a trabajar, pedirle o implorarle, es lo mismo. Por suerte acepto y al dia siguiente ya lo tendría a mi lado de nuevo, no literalmente.

Estoy muy borracho y sigo pensando que eres perfecta y que te amo

El teléfono sono en la mesita de luz y despues de un “Apaga esa mierda, Mariana” de Pablo, tome el celular y me encontré con el mensaje tan lindo de parte de Peter, me dio mucha ternura leerlo, igual ese “Estoy muy borracho” si me llamo la atención

Sos mas tierno, pero para ¿Tomaste mucho?

Espere la respuesta que nunca llego. En cambio me desperte por Pablo que trepaba por mi cuerpo

-¿Qué haces?

-Hagamos las paces, amor –Beso mi cuello y en un intento de rechazarlo, me levante de la cama-

-Buenos días –Le sonreí y entre al baño-

Cuando Sali ya no estaba, me vesti y alcance a contestar mi celular. Mamá.

*Estoy llegando a tu casa

*Esta bien

Corto y baje a ver que todo estuviera en orden, Raul y Hector estaban en el desayunador, me vieron y palidecieron 

-Tranquilos, mamá viene, así que…-Sonrei y asintieron aliviados- ¿Dónde esta Pablo?

-En su despacho, señora, pero no quiere que nadie lo moleste –Me dijo Ines cautelosa-

-Yo no soy nadie –Le sonreí y me encamine, toque dos veces y tras el Pase, entre-

-¿Qué pasa? –Me dijo sin despegar la vista de los papeles, creo que ni siquiera sabe que soy yo-

-Mamá viene en camino y quisiera que por lo menos te dignara a sentarte y desayunar con nosotras

-Cuando llegue decile a German que me avise –Asenti y gire sobre mis talones con la intención de irme-. Lali –Lo mire sobre el hombro- ¿No me amas mas? –Dijo con voz triste, pero sin perder la dignidad-

-Pablo, vos me gustas, pero últimamente te estas esforzando para que no sienta mas que odio y repulsión por vos –Sin mirarlo Sali y suspire-

Nunca le habia dicho eso a nadie, y el que fuera Pablo el primero no me dejo un muy buen sabor de boca, a pesar de todo no se lo merece.

-Ines, viene mi madre ¿Recuerda lo que le dije que le gusta de desayunar?

-Si, señora, fruta y café con leche, ahora mismo lo preparo –Asenti-

Poco despues entro mi madre por la puerta y le pedi a German que le avisara a Pablo, ella lo detuvo y le dijo que esperara

-¿Cómo has estado, hija? –Me beso ambas mejillas-

-Bien, bien ¿Vos?

-Bien ¿Cómo esta el matrimonio? –Me sente y ella me imito-

-Mal, hemos tenido problemas, no te pienso mentir, pero ya lo arreglaremos

-Me encantaría decirte “Te lo dije”, y te lo dire porque no te veo especialmente triste con su situación, y no sabes lo que me alegra que tengan problemas ¡Ya estoy olfateando el divorcio! –Hizo como que seguía una línea de aroma-

-¿Por qué sos así? ¿Por qué no te pone feliz que haya encontrado a alguien para compartir mi vida?

Basicamente, Marianita, porque ella no conoce al que has encontrado para compartir tu vida.

-Perdona si no me entusiasma la ide de que mi hija este casada con el hijo del hombre que mato a mi esposo, lo siento mucho –La mire shockeada-

-¿De que estas hablando? –Dije lento y con las lagrimas a punto de salirse de mis ojos-

-Oh ¿Es que acaso no sabes nada? ¡Te casaste con un completo desconocido, Mariana, no sabes una mierda de quien es él!

-Si, lo se

-¿Ah si? ¿Lo sabes? –Asenti y mis lagrimas se derramaron- ¿Sabes que es un traficante de drogas? –Asenti con la cabeza gacha- ¿Sabes que es uno de los mas buscados en Estados Unidos? –Asenti y seque mis lagrimas- ¿Sabes que tu querido suegro mato a tu padre? –Levante la mirada y vi que ella tambien estaba lagrimeando-

-¿Qué?

-¿Sos idiota?

-¡No me hables así! –Levante la voz unos decibeles mas alto que ella-

-¡Te hablo como se me canta el orto porque sos una estúpida, una mina que no piensa! ¡Tu padre estaría tan decepcionado de vos!

-¡No me digas…! –No termine la frase cuando su mano choco contra mi mejilla-

-¡A mi no me hablas así! –Me grito terminando a conversación, tomo sus cosas y antes de salir de casa, me miro- Espero que te des cuenta a tiempo con la clas de gente con la que te emparentaste –Y se fue-

-¿Qué pasa aquí? –Llego Pablo y me miro con las mejillas inundadas en lagrimas- ¿Qué tenes, Lali?

-¿Es verdad que Andres mato a mi padre? –Le dije apretando los dientes-

-¿Quién…?

-¡Contesta! –Lo interrumpi-

-Si –Me deje caer en el sillón y sostuve mi cabeza con ambas manos-

-¿Por qué no me dijiste? Vos sabes…

-Lo siento, amor, no podía decirte

-¿Ya nos conocíamos cuando lo hizo? –Ni siquiera podía mencionarlo-

-No –Nego repetidamente-, me acerque a vos cuando me entere, te vi en el funeral de tu padre, tan frágil, tan débil, y supe en ese momento que mataria a cualquiera que te hiciera daño

-Tu padre me hizo daño ¿Lo vas a matar a él?

-Lali…

-¡Es que no, Pablo! –Le dije alzando la voz. Ultimamente alzaba mucho la voz, mi vida se convirtió en un caos- ¡Me hubieras dicho!

-¿Qué querías que te dijera: “Hola, soy el hijo del hombre que asesino a tu padre, me encantaría salir con vos”? No podía, entendeme

-No te entiendo, no te entiendo en absoluto. Tu padre me mato –Lo mire a los ojos y negue con las lagrimas zurcando mis mejillas- y vos fuiste su complice –Nego con el semblante triste y me rodeo con sus brazos-

-Quiero estar sola, no te quiero ver

-Lali, yo no fui

-¡Es que como si vos lo hubieras hecho porque nunca me dijiste nada!

-No me siento orgulloso de ello ¿Sabes?

-¿Y por eso haces lo mismo vos?

-Ah, no, yo no mato a nadie

-Traficas drogas ¿No es eso lo mismo? –Nego- ¡Claro que si, solo que la droga tiene un poder de reacción mas lento que las balas!

-¡No soy un asesino! –Dijo con un grito tan de adentro que me hizo dar un respingo- ¡No lo soy! –Rodeo mis brazos con sus manos y apretó-

-Me lastimas –Le dije sintiendo dolor-

-¡No me vuelvas a decir “Asesino” porque sino…! –Unos brazos lo apartaron de mi de un solo golpe. Mejor dicho; Mis brazos favoritos lo apartaron de mi de un solo golpe- ¡¿Qué haces vos aca?! –Le grito, me escondi detrás de Peter- ¡Andate!

-Perdon, Pablo, pero no pienso dejar a la señora Mariana sola con vos, menos viendo como la tratas

-¡No es asunto tuyo, Martin! –Peter no se movio- Vos y yo vamos a hablar despues –Lo señalo a él y regreso a su despacho-

-¿Estas bien? –Asenti y no me importo nada, lo abrace y solloze- ¿Te hizo algo?

Me separe de nuestro abrazo que tanto necesitaba, Sofia estaba parada detrás de Peter junto con Nicolás, me miraban asustados 

 Continuara 

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Beso