Capitulo 14: Nada

-Bueno, muchas gracias por el anuncio, es espectacular

Me decían los alemanes. Era la ultima vídeo-llamada, solo agradecían el trabajo y ya. Estábamos hace media hora con esto.

-Es mi trabajo, señor, eso es lo que hago

Otros diez minutos de elogios y termine con la llamada.

Suspire y mire la pantalla. La verdad no tenia ganas de continuar con el anuncio de AVON. Apague el aparato y Sali al balcón.

El cielo estaba ligeramente nublado. Como yo, que estoy ligeramente nublado desde que paso lo de Lali. Me siento raro.

Esto nunca me habia pasado, y ahora que lo experimento ¡Odio que esto me suceda!

¡Sos un Lanzani, vamos! Las mujeres caen rendidas a nuestros pies, siempre, ella no será la excepción.

-JA ella fue la excepción, abuelo –Dije, mirando al cielo-

Me estaba carcomiendo la cabeza la situación, por lo que decidi salir a correr. No habia corrido desde que estaba en el secundario y jugaba al rugby, me quebraron la pierna y desde entonces quede como defectuoso. En ese tiempo, mamá me dio un ultimátum para dejar cualquier deporte que implicara que me fueran a matar. Entonces comencé con el crossfit, porque a mi me encanta comer. Y la comida menos el deporte es igual a mil kilos.

Decime por favor que no te olvidaste!!

Ese fue el mensaje que me despertó. Era de Euge.

Cuando llegue de correr, despues de una hora de dar vueltas y vueltas a la manzana, volvi a casa y me duche, me acoste en la cama, aun con la toalla enredada a la cintura y me dormi.

En realidad no senti que me dormi hasta que el mensaje me despertó.

¿De que no te tengo que decir que me olvide?

Me levante y me puse un bóxer, tome mi celular y baje a la cocina. El reloj de la pared dictaba las cinco con cuarenta de la tarde. Siempre si dormi algo.

Abri el refrigerador y tome el pan, la mayonesa, el jamon, la mostaza y la lechuga. Baje una lata de chiles en raja de la alacena. Natalie aprendió a cocinar con un chef mexicano, y a los sándwich siempre les ponía chiles en raja, chiles jalapeños, y me quedo la costumbre de comerlos así. Saben ricos, solo que si no les quito las semillas me tengo que cortar la garganta. Saque una coca-cola del refrigerador y puse todo sobre la mesada. El celular volvió a vibrar

Es primero de mayo, Peter

Decia el mensaje de Eugenia.

¿Primero de mayo? ¿Qué pasa el pri…¡MIERDA!

Perdón, perdón, decile que perdón, ya voy en camino

-¡La re puta madre!

Corri escaleras arriba, me puse un pantalón y una remera negra, los zapatos. Tome mi cartera y baje corriendo hacia el estacionamiento. No dejaba de maldecir durante el transcurso a la librería mas cercana.

-Buenas tardes –Me saludo la dependienta-

-Buenas tardes, ¿Tienes algun libro de Harry Potter?

-Si, todos. ¿Cuál desea?

-¿Todos? –Pregunte desesperado. No recuerdo cual fue el que me pidió-

-¿Todos? ¿Queres el set completo? –Asenti-

-Y separadores, por favor

-Eh… esta bien –Asintio-

Esta triste y te juro que si empieza a llorar te voy a matar, Juan Pedro.

¡Decile que me perdone! Ya voy para alla

Veinte minutos despues. Veinte largos minutos despues. La mina me entrego los libros y los separadores.

-Son para un regalo –Le mencione, asintió y saco una caja con moños de colores-. Rosa –Asintio, saco uno, y se lo pego al frente- ¿Cuánto es?

Pague todo y corri de nuevo al auto. Conduje hasta la casa de Eugenia, lo que me tomo cerca de treinta o cuarenta minutos, por lo que cuando llegue ya estaba oscuro, ya casi eran las siete de la tarde. Tome todo y baje. El jardín estaba algo iluminado. Entre por ahí, estaban los chicos de la banda, junto con Eugenia y su papá.

-Hola –Dije por lo bajo. Eugenia me miro y negó- ¿Dónde esta? –Señalo detrás de ella, hacia la hamaca paraguaya que colgaba del techo. Deje el regalo en el suelo y me acuclille para quedar a su altura-

-Te olvidaste –Me dijo, con la voz a punto de quebrársele-

-Perdóname, pulga –Negó y se volteo, dándome la espalda-. Valen…-Volvio a negar- Te traje lo que me pediste

-¡No me importa!

-Déjala, Pitt –Me dijo Eugenia desde el jardín. Suspire, me incline para besar su mejilla y me uní a los demás- ¿Cómo es que te olvidaste de su cumpleaños?

-Tengo mil cosas en la cabeza… no se, Eugenia

-Bueno, yo solo preguntaba, es raro en vos olvidarte de algo que tenga que ver con Valentina, solo eso.  

-Tengo la ca…

-Hija, ya me voy, ¿Te dejo a Valentina? –Me interrumpió Nicolás-

-Si, si, en la mañana te la llevo –Asintio y beso la parte alta de su cabeza. Estrecho mi mano, dio media vuelta sobre sus talones y se marcho-

-¿Decías? –Me pregunto Eugenia, mirándome-

-Nada, ¿Qué hacen? –Les pregunte, dirigiendo mi mirada a los chicos-

Hablamos un poco sobre el trabajo de Eugenia y Azul, que trabajan en el mismo lugar. Me contaron lo que me perdí durante la semana que no nos vimos; No mucho.

-¿Y que hiciste vos? –Me pregunto Renzo, en el otro extremo de la mesa-

-Trabajar

-¿Queres chocotorta? –Asenti mirándola-

-¿Estas bien, Pitt? –Mire a Oriana y asentí- ¿Seguro? Te ves… raro

-Si, si, estoy bien –Achino la mirada, le sonreí y asintió-

-¿Seguis mal por lo de Lali? –Pregunto Tincho, negue. Euge puso el plato con la chocotorta frente a mi y le sonreí- Tenes todo el permiso de ponerte mal, eh. La mina era un mil

-¿Cambiamos de tema? Gracias –Dijo Eugenia de una. Le sonreí agradeciendo-

Empezaron a planear un viaje a Costa Rica para las próximas vacaciones, que ya son dentro de un mes, o algo así.

-No se, chicos, me da cosa dejar a la pulga todo un mes –Dijo Eugenia, excusándose-

-Dejala con tu papá, Euge –Le dijo Martin, le dio una calada al porro y lo apago-

-Por eso te digo que me da cosa. Él no sabe como llevarla, ¿Sabes? Es medio… torpe cuando de Valentina se trata

-Y si no lo dejas, Euge… -Empezo Oriana- Te has comportado como la madre de Valen desde que…bueno, paso lo que paso. No creo que Nicolás haya pasado toda una semana con Valentina desde que Gimena murió. ¿Me equivoco? –Eugenia negó mirándola- Yo creo que tenes que vivir un poco tu vida

-Y yo creo que deberías estar en mis zapatos para comprender porque hago lo que hago –Le dijo Eugenia, con un poco de enojo en la voz-

-No, es que no te lo critico, lo sabes. Pero me parece que estas abocándote tanto, pero tanto, a Valen que se te ha olvidado que eres una mina que tiene veintitrés años

-No quiero hablar mas del tema, ¿Okey? Si necesito una psicóloga voy con la novia de Gaston, que es la que tiene el titulo aca

El silencio nos inundo por un segundo. Oriana había bajado la cabeza, como una niña a la que regañaron muy fuerte. Eugenia simplemente la miraba, no se si enojada o arrepintiéndose por lo que le dijo.

-Hey, calma –Le susurre, me miro y suspiro-

-¿Alguien quiere mas chocotorta? –Los chicos negaron- ¿Ori? –Le dijo, Oriana levanto la cabeza sorprendida. Por lo usual cuando Eugenia se enoja evita hasta respirar el mismo aire que vos-

-No, gracias. Te ayudo a levantar todo, si queres –Se ofreció-

-Dale, me copa

Se fueron hacia dentro de la casa. Me levante y fui donde Valentina.

-¿Ya me perdonaste? –Le susurre al oído-

-No

-Le puedo pedir a Eugenia mas chocotorta, decir que es para mi y dártela a vos

-No quiero chocotorta

-Bueno, chocotorta no, pero chocolatada con dulce de leche si

-No quiero hablar con vos

-Hey, perdóname –La tome en brazos, escondió su cara en mi cuello- ¿No me perdonas?

-¡No!

-Bueno –La volví a dejar en la hamaca y camine hacia dentro-. Euge, me voy

-¿Por qué? Casi acabas de llegar, hey –Dijo, puchereando-

-Necesito trabajar

-Mm…bueno. –Bese su mejilla-

-Ori, adiós

-Adios, bombón –Sonrei y bese su frente-

-Adiós, nena –Le dije a Valentina-

-Adios, nene –Me dijo, con su vocecita entrecortada-

-¿Ya te vas? –Me preguntaron Tincho y Martin, casi al unisonó-

-Si, necesito trabajar

-¡Peter, espérame que me voy con vos! –Me grito Eugenia desde dentro de la casa-

-Al parecer nosotros también nos vamos –Dijo Renzo, resignado-

En menos de diez minutos, estábamos todos afuera de la casa de Eugenia, despidiéndonos, y prometiendo que dentro de una semana nos veríamos para ver en que quedo lo del viaje a Costa Rica.

-¿Queres cenar algo, nena que no me habla? –Le pregunte a Valentina cuando entramos a casa-

-No, dame mis libros –Me dijo, sin mirarme. Los puse sobre la mesa ratona, quito el moño con mucho cuidado y les saco el plástico protector, tomo uno y se fue a, supongo yo, la sala de juegos-

-¿Para que querías venir? –Le pregunte a Eugenia, dándome vuelta-

-Para hablar sobre vos

-¿Sobre mi? –Asintió- No tengo muchas ganas, Euge

-Es que no es de que tengas ganas

-¿Ah, no? –Negó- Voy a trabajar

-Voy con vos –Revolee los ojos y entre a mi habitación, ella conmigo-

-Me voy a cambiar

-Adelante –Se sentó sobre el colchón. Suspire, tome un bóxer y un pantalón deportivo, y entre al baño-

Shampoo, gel de ducha y veinte minutos bajo la cascada de agua fueron suficientes para llevarse toda la tensión que estaba acumulándose en mi cuello.

-Seguís acá –Dije cuando salí del baño y Eugenia seguía en mi habitación, ahora acostada sobre el colchón-

-¡Peter, no me voy a ir!

-¿Qué necesitas saber? –Le pregunte, tendí la toalla sobre la silla del escritorio y Salí del lugar-

Entre a mi estudio y abrí las ventanas, la luz nocturna que entraba era perfecta. Encendi la computadora, mire a Eugenia y, como un meteorito cayendo sobre la tierra, la idea vino a mi.

-Anda a lavarte la cara

-¿Qué? –Pregunto, confundida-

-A ver, te necesito con la cara limpia, si vas y te lavas la cara, yo te cuento lo que vos quieras –Achino la mirada y asintió-

Mientras ella hacia lo suyo, yo puse el fondo blanco, la cámara en el trípode y demás cosas. Puse un banco blanco en mitad del lugar, chequee que en la cámara estuviera alineado.

-Listo

-Ahora necesito que te quites la ropa

-¿Qué?

-Es un anuncio para una campaña contra el cáncer de mama, no te voy a ver, pero necesito que hagas esta pose

Le mostre la imagen, en la que con las piernas flexionadas se cubria los pechos, y con los brazos se abrazaba las piernas, despues haría con esa forma, el famoso hilo rosado.

-Emm… dale –Me dijo, confundida-. Lo que hago por información, Dios

Susurro para ella. Me di vuelta mientras se situaba sobre el banco. Unos minutos después, en los que la escuche maldecir por no poder hacer la pose, y suspirar. Escuche el…

-Listo, ya podes mirar –Me di vuelta y le sonreí, le salió perfecto-

Dispare con la cámara una…dos…tres…cuatro veces.

-Una mas, solo sonrie, pero discreto –Lo hizo y la volvi a capturar-. Listo, hermosa –Le pase la bata que colgaba del perchero y la tomo-

Me di vuelta y, cuando toco mi hombro, bese su mejilla. Me sente en la silla frente a la computadora y comencé a pasar las fotografías. Ella se sento sobre el escritorio, mirándome, juzgándome.

-¿Qué pasa?

-Habla

-¿Sobre que?

-No te hagas tonto, me lo prometiste

-¿No sabías que todo acuerdo tiene que ir por escrito? –La mire y sonreí, me sonrió, palmeo mi hombro y lo pellizco- ¡Hey!

-Habla, Lanzani –Dijo, con voz amenazante-

-Es que no se que queres que te cuente, Euge, no siento nada, si es sobre el tema que estoy pensando, no siento nada. Me da igual. No pase tanto tiempo con ella como para que sintiera algo

-¡No me jodas! –Dijo, e hizo un “Que hambre” con la mano-

-¿Qué?

-“No pase tanto tiempo con ella como para que sintiera algo” ¿Me estas jodiendo? Si estas mega enamorado de la piba, que te haces.

-Bueno

Abrí photoshop y comencé a trabajar en el anuncio. Eugenia, como una niña chiquita, se había distraído jugando con el pisa papeles que tengo en el escritorio.

-No me olvido que no me has contado nada –Dijo, sin dejar de jugar con el aparatito-

-¿No has pensado en conseguirte amigas mujeres?

-Nout –La mire y suspire-. Me entiendo mejor con vos –Sonrio y negue-

Mi celular repiqueteo sobre el escritorio de cristal anunciando una llamada, lo mire y el nombre del hermano de Natalie, Santiago, apareció en la pantalla. Me extrañe.

*¿Si?

*¡Sos un poco hombre!

*No, soy Peter.

*¡No estoy para bromas, imbécil, te voy a partir la cara!

*Hey, hey, ¿Qué te pasa?

*¿Por qué mierda no detuviste a Natalie?

*Emm… no es tu asunto

*Mi sobrino si es mi asunto, imbécil

*¿De que hablas?

*No te hagas el que no sabes que Natalie se fue a Barcelona a abortar

*¡¿Qué?! –Casi se me cae el celular. Eugenia me miro-

Me corto. La noticia no me dejaba reaccionar, ni siquiera cuando el tono de cortado me habia empezado a romper el tímpano.

¿Qué mierda hiciste, Natalie? 

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Se que tardo demasiado en publicar, y me disculpo por ello, pero es que siempre o no tengo tiempo para escribir, o tengo tiempo pero no se que escribir. Asi que les pido disculpas y les agradezco por bancarme. son lo mas.

nota: hubo una persona que pregunto que si cuantos comentarios hacían falta para que publicara capitulo. no me manejo así. no es tan fácil d:

 ¿Quieres que te avise cuando suba nuevo capítulo?

Déjame tu twitter.

BesO

cualquier duda:

twitter: @tatedevreaux

ask: heyitsmedany