Capitulo 17: Confundida.

Les juro, enserio les juro que le iba a decir todo a Peter, pero cuando lo vi, tan lindo. Cuando lo volví a tener frente a mí, algo dentro mío revivió, y me di cuenta que no, que no puedo contaminarlo con mi mierda, que si aun quiero tener esperanzas con él después de que todo lo de Victorio termine, necesito no hacerlo participe de esto. Porque él no tiene nada que ver, además de que seguramente no lo entendería.

Se veía tan lindo, pero sus ojos tenían una preocupación. Y la pequeña parte egocéntrica que hay en mí, creyó que esa preocupación era por mi, porque no podíamos estar juntos.

Pero sé que no es así, se que no es por mí, se que otra cosa lo atormenta, y quiero saber que es.

¿Quiero saber qué es?

Un mensaje de parte de Victorio me hace salir de mis pensamientos. Me repugna tenerlo cerca, y es algo que jamás creí posible porque, ¿Cuándo hubiera creido que la persona a la que mas queria, era la que mas daño me haría? ¡Jamas! Y ahora todo lo que quiero es que esta estupidez que inicie, se termine ¡Ya! No soporto que me bese, no soporto que me mande mensajes, no soporto que me diga “Amor”, pero lo que no soporto, por sobre todas las cosas, es que me toque. Detesto que me toque. Y no en un sentido sexual, digo que con solo una agarrada de manos, o cuando toma mi codo, o cuando me toma de la cintura, ese tipo de cosas me dan, como diría Candela, repelus. Lo quiero lejos de mi, y lo quiero lejos de mi ¡Ya! Así que, fue desagradable mientras duro, pero hay que apretar el acelerador a esto.

Salimos esta noche?

Despues de meditarlo conmigo misma, decido que no. Desde que empece esta…cosa no he tenido una noche para mi, y me extraño.

No, tengo cosas que hacer. Nos vemos el lunes

Y es que es sábado, y los domingos son familiares, eso no va a cambiar jamás, y menos que menos por Victorio, y menos que menos por Victorio ahora.

Qué cosas?

Ah, pero mira vos.

Cosas, Victorio. CO-SAS!! Nos vemos el lunes

Apague el celular y lo puse dentro de una de mis mesitas de luz. Ahí se quedara hasta el lunes.

El finde lo dedique especialmente para mi, hace mucho que no era así, incluso después del asado de papá, compre medio kilo de helado gusto dulce de leche, solo para mi. No ejercicios y sin culpa. Necesitaba esto con cada partecita de mi.

-La… ¿Te hiciste algo en la cara? –Asentí; Spa. Sonreí porque al fin alguien lo noto- Te ves muy guapa –Sonreí de nuevo-

Pregunto un par de cosas mas, y se marcho. Suspire. Me siento taaan bien. Teclee dos trabajos que necesitaba con urgencia de ya, y los imprimí. Leí y leí y leí, papá entro para ver que tal iba con el caso de violencia intrafamiliar, le comente todo lo que tenia y, después de hacer un par de comentarios sobre mi aspecto, se marcho pidiéndome de ir a comer juntos. Asentí gustosa, hace mucho que no como con mi padre a solas.

Nos vemos para comer?

Desde que encendí el celular esta mañana y vi todos los mensajes, llamadas y whatsapps que tengo por contestar me he preguntado si podría vivir sin tecnología. No había ni uno solo de Peter, o de Eugenia, o de alguno de ese grupo que tan bien me caen, pero tampoco tendría por qué haberlo, nos conocimos por Peter, y si Peter y yo no tenemos nada que ver, ellos y yo tampoco. Pero si había muchos de Victorio, y de Candela, y de mi hermano, y de demás personas, que no llegan a ser amigos pero, que son casi amigos.

No, como con mi padre. Mañana!!!

Dejo el teléfono en el cajón del escritorio y vuelvo a teclear sobre el documento ya hecho algunas modificaciones. Eso me lleva cerca de media hora, tengo una manzana a medio comer en la boca, y muchas deducciones en mi cabeza, las que tecleo muy rápido en un nuevo documento. Si hay algo que me gusta de mi profesión es todas las historias, ya sean buenas o malas, y más me gusta aun defender las que pueda defender. El cajón no ha dejado de hacer ruido desde que metí mi celular ahí, es muy molesto cuando no me deja trabajar, porque si, se quién es. Es algo de lo que jamás me había dado cuenta, o de lo que no me había querido dar cuenta, pero la insistencia de Victorio me molesta, me agobia y me sofoca que quiera hablar en todo momento, y sobre babosadas como el clima o cosas que a mí me interesan poco y nada. Tengo que dejarle en claro que si yo no le hablo, no quiero hablar con él, menos que menos en horario laboral. Bueno, eso suena muy duro, tal vez meta un “Lindo” o un “Gordo”, se lo que le molesta que lo llame así, para endulzarlo un poco.

-Hija, ¿Vamos? –Asiento, guardo el documento y apago el monitor- ¿En donde quieres comer? Hoy yo te consiento

-Emm… Se me antojan unos ravioles rojos

-Entonces vamos en su búsqueda

Decidimos ir a Las Pizarras. Es un restaurant bastante acogedor y lindo, solíamos ir antes, hasta que cada quien tuvo la independencia de decidir en donde comer. Cuando le cuente a Pato que hemos comido aquí seguramente pide de venir después, como que lo conozco que lo se.

-Entonces, ¿Tengo que preguntar ya el por qué estas con Victorio, de nuevo, o me espero? –Me pregunta, demasiado inquisitivo-

-Mmm… Mejor prueba el pan, se ve rico

-No, no, decidí que quiero saberlo ya

Suspiro y lo miro a los ojos. Se que a él no le puedo mentir, y tampoco quiero, pero no va a estar muy orgulloso de que su muñeca este haciendo eso. Así que decido tergiversar la verdad.

-Solo quise darle una nueva oportunidad –Asiente, comprendiendo-

-¿Y crees que él la sepa aprovechar? –Me encojo de hombros, pero termino asintiendo- ¿Y qué pasa con el pibe que mando las flores? –Negue y, sin poder evitarlo, agache la cabeza- ¿Lali?

-No pasa nada con él, enserio nada, ya no

-¿Ya no?

-Papá, no quiero hablar sobre mi vida sentimental, la verdad

-Pero es que después somos nosotros los que nos preocupamos cuando apareces en casa, en la madrugada, llorando porque ese idiota…-Inhala, exhala y me mira- Es tu vida, así que te dejo ser

-Gracias

Y comenzamos a hablar de todo, menos de mi vida sentimental y de trabajo. Me cuenta que mamá comenzó un nuevo curso de tejido a crochet junto con la mamá de Candela, que se llevan muy bien desde que nosotras nos hicimos tan amigas que incluso las navidades y demás eventos importantes hacemos que nuestras familias se reúnan. Me conto también que Pato está pensando seriamente en irse a Alemania, el motivo aun lo desconoce.

Cuando volvemos a la oficina, es como siempre ha sido; Tu por tu lado y yo por el mío, te llamo si necesito algo. Que es como le pedí que me tratara, ahí dentro no soy su hija, soy otra abogada más.

A eso de las siete con quince pm decido sacar mi celular y ver los mensajes. Todos eran de Victorio. Le aviso que ya Sali del trabajo, me pide de ir a casa a cenar y se lo concedo, con la condición de que traiga comida. Acepta gustoso porque al fin quiero verlo, pero en realidad yo solo quiero comida.

Hablamos todo el rato de él, no es uno de mis temas favoritos, pero da igual, lo acepto, mientras no hablemos de la relacion todo bien. Me conto que la próxima semana es el cumpleaños de su madre y enseguida me vino el punto cincuenta y cuatro.

Explicarles a sus padres el porqué se dieron un tiempo, en una comida familiar

Ni hablar, ellos no tienen nada que ver, y su mamá me adora, nunca haría eso, menos que menos en su cumpleaños. No, lo siento, Candela, pero no pienso hacer pasar un mal rato a nadie que no sea Victorio.

En un momento de la noche, me toma de la nuca y me besa, posa sus manos en mi cintura y comienza a masajear mi piel, como siempre hace, hace un reguero de besos por todo mi cuello, y de vuelta a mis labios, como ve que no me resisto, hace que caigamos al sillón, él sobre mi, yo no lo beso, solo dejo que se divierta un poco. Empieza a recorrer mi cuerpo con ambas manos, de la cintura hacia arriba, y de vuelta, de la cintura hacia abajo, masajea mi trasero un rato, y de vuelta. Empiezo a sentir a su amigo despierto, se encuentra con el triangulo en donde se juntan mis piernas y lo saluda. Vamos a tu habitación, mi amor. Me susurra entre besos, como no respondo, y sin dejar de besarme, me levanta en brazos y camina hasta mi habitación, cierra la puerta de una patada y me deposita con delicadeza en la cama. Separa nuestras bocas solamente para sacarse la remera y el pantalón. ¡Dios, esa V invertida tan trabajada! Se subio a la cama y empezó a recorrer mis piernas y dejando besitos húmedos tras su paso, me saca la pollera y me miro, sonrio, siguió deslizando sus manos por mi cuerpo, llevándose mi remera con él, se topo con mis pechos y deje que se entretuviera un momento, saco mi remera y mi brassier, tomo uno de los pezones con su boca y un pequeño gemido salio de entre mis dientes. Separo mis rodillas y lo mire, senti como la sonrisa del gato Chesire se extendió por toda mi cara, casi partiéndola por la mitad. Tomo mi culotte de la orilla y cuando lo iba a sacar, cerre las piernas. Me miro confundido, con cara de “Oh, no, no vas a hacerlo”

-Estoy en mis días, gordo –Lo mire complicada mientras mordía mi labio-

Lo ultimo que supe de él fue el portazo que dio cuando salio del apartamento. Di unas pataletas a la cama y grite de emoción.

Pa’ cabron, cabrona y media.

Me di una ducha porque, será lo que será, pero eso fue muy caliente. Quede envuelta en mi albornoz y sali al living en busca de mi recién comprado libro Estado, Mercado y Derecho, siempre me gustaron los libros de abogacía, estan tan llenos de información.

Al dia siguiente, y aun riéndome por lo que hice ayer, Sali rumbo al trabajo. Mas me levante y le mande un mensaje a mi amiga española, me dice que esta por viajar para aca en tres días, le ofrezco mi apartamento y, sin rechistar, lo acepta, me promete que me mandara un mensaje con la hora de llegada. Dos chismes mas y corto. Saludo a todo aquel que se me cruza en el camino, y es que hoy he amanecido de muy buen humor. Y se que se me nota. Llego a mi despacho y lo primero que hago es poner mi celular en vibrador y ponerlo en el cajón, si me necesitan de urgencia llamaran a la oficina. Retomo el documento anterior y, con ayuda de un libro, voy anotando mas modificaciones y corrigiendo conclusiones mal fundamentadas. Eso me toma toda la primera parte de la jornada. Se lo envio en un correo a mi padre, o a mi jefe, en el que solo responde

Bien hecho, muñeca!!

Eso me hace querer darme palmaditas en la espalda.

Sol, una compañera, me pide para que vaya a comer con ella y otros mas, acepto y, en cuando el reloj da la una con treinta minutos salimos hacia el restaurante.

Ya de vuelta en la oficina, me encuentro con una hoja membretada del despacho que dice en que tribunal, a que hora, y el dia del juicio de los Insaurralde. Suspiro emocionada. Los juicios siempre me hacen poner nerviosa, pero no en el mal aspecto, me gustan, son interesantes y, por lo regular, la justicia siempre gana. Y a mi me gusta que la justicia gane. Por eso estoy del lado de los buenos, la mayoría del tiempo. Firmo de recibido y llamo a mi secretaria para que vaya a dejar la copia a donde corresponde.

Dispuesta a procrastinar un rato, abro Facebook y me entero un poco de la vida de las personas que ahí desperdician su tiempo, como yo ahora. La mayoría de mis ex compañeras ya estan, o casadas, o esperando hijos, o con hijos. Y aquí estoy yo, vengándome del tipo que me metió los cuernos con mi mejor amiga. No se cual de todas esta mas jodida, si ellas o yo. Entro a una de mis notificaciones, que es una publicación en el muro del grupo de la facultad ABOGADOS DE LA UBA. Así, en mayúsculas. Era una invitación a la reunión anual de ex alumnos, es dentro de una semana. Sinceramente no tengo ganas de ir, no me siento con apetito de que me restrieguen lo felices que son, cuando claramente yo no. Así que pongo un Tal vez a la invitación.

¡Vamos, todos lo hacen!

En punto de las siete de la tarde, apago mi computadora, tomo mi celular del cajón, mi cartera y salgo del edificio. Subí a mi auto y conduje, sin parar y muy rápido, a mi apartamento. Invite a cenar a Candela, aceptó y me dijo que iba a traer chocotorta recién hecha.

-Hola, morcilla –Me dice, cariñosamente, cuando entra. Sonrió y beso su mejilla-

-Hola, amiga

Y la abrazo, muy fuerte, y ella me estrecha entre sus brazos. Sabe que pocas veces hago esto, porque solamente a veces lo hago de este modo.

-¿Qué tienes, metro y medio? –Niego y beso su hombro. Me separo, pero dejo mis brazos en sus hombros- ¿Segurilla? –Asiento y entra-

Hablamos y hablamos y hablamos, mucho de su relación con Agustín, de su trabajo, y poco de mi relación. La verdad es que deje que hablara, me sentía demasiado desganada como para siquiera retarla por algo.

-¿Segura que estas bien? No estas siendo vos –Dijo, y miro mi plato con la chocotorta aplastada por el tenedor-

-Estoy bien, es solo que estoy algo cansada

-¿Segura? –Asenti- ¿Y como va lo de Victorio?

-Bien, supongo. Ayer calenté el agua, pero no me bañe –Dije y guiñe un ojo. Sonríe con algo de orgullo-

-¿Entonces por que estas así? Esto es algo que vos querías hacer… ¿Es por Peter, cierto? –Pregunta con complicidad-

Me encojo de hombros, y es que no lo se, no se porque estoy así, se que por Victorio no es, mi familia esta bien, y mi trabajo me encanta, así que… no se que me pasa. Los ojos se me empiezan a llenar de lagrimas y Cande me rodea los hombros con sus bracitos.

-Hey, enana –Besa mi cabello repetidas veces, ya siento las lagrimas surcarse por mis mejillas-, ¿Qué tenes?

-Es que… soy una estúpida, Cande, perdi algo tan lindo por nada

-Ay, nena mía

Y me desbarate en sus brazos, como siempre había sido. Acariciaba mi espalda de arriba abajo, reconfortándome y tranquilizándome. Esa noche durmió en mi casa y al despertarme ya tenía el desayuno listo. Cada una se marcho a su trabajo, no sin antes prometer que me vería para la comida. En la radio sonaba una canción muy… rara, pero aun así con un ritmo muy bueno

¿Quién? ¿Quién soy? ¿Te llamo la atención? ¿Quieres explicación? Soy el fenómeno de redes…

Me encontré tarareando la canción de camino a mi oficina. Y el resto del día.

La hora de la comida llego y Cande me preguntaba, no directamente, si quería seguir con todo el tema de Victorio, y aunque no esté segura, le conteste que sí. Negó reprobatoriamente, casi que con decepción, pero no dijo nada al respecto.

Las siete con cuarenta y yo aun seguía con el caso de violencia intrafamiliar que va a ir a juicio dentro de una semana. Esta parte siempre me pone nerviosa, no quiero que salga nada mas, y por eso reviso mil veces el documento antes de enviarlo por ultima vez.

Listo.

Lo envio y espero a que me contesten para poder irme a casa.

Abro el cajón y saco mi celular, hay varios mensajes, pero uno me llamo la atención, es de Peter, parece una despedida, se que es una despedida, pero ¿Por qué?

Fue muy lindo conocerte (:

¿Fue muy lindo conocerme? Esas cuatro palabras, sin saber porque, hacen que mis ojos se llenen de lagrimas, pero es que ni siquiera nos conocimos, ¿Por qué dice eso? Aun necesito saber que es lo que mas le gusta hacer en días lluviosos, cual ha sido la publicidad mas grande que ha hecho, y a quienes, cual es su mas grande sueño, si ha compuesto alguna cancion… No se, hay muchas cosas aun que quiero preguntarle, pero al parecer ya no tendré oportunidad, porque fue muy lindo conocerme.

Ay, Peter.

Y como el mensaje era en Whatsapp, no puedo dejarlo con esas dos horribles palomitas azules, así que le contesto:

El placer fue mio. Pero, ¿Paso algo? Se que no tendría que preguntar porque fui yo la que me aleje, pero… no se, ¿Paso algo?

Y, para mi sorpresa, la respuesta llega casi al instante.

Perdon, ese mensaje lo envio mi novia. Perdon (:

¡¿Su… que?!

Inhala y exhala, Lali. Solo inhala y exhala

Jaja todo bien (((((:

No esta todo bien.

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