Capitulo 7: Montaña Rusa.

Con The Rolling Stones cantándome al oído, recorri la manzana entera, cinco veces. Últimamente es la única forma en la que despejo mi mente. Antes de volver a mi apartamento, compre un kilo de manzanas y azúcar. Haría una tarta de manzanas.

Me siento rara, y no se si eso es bueno o malo.

-Hey, ¿Qué haces aquí? –Le pregunte a Candela cuando la encontré frente a mi puerta-

-Te estoy marcando hace media hora… ¿Fuiste a correr? –Me miro de arriba abajo, confundida- ¿Lali Esposito corriendo? Eso si que es novedad. –Abri a puerta y me siguió-

-¿A que venís? –La mire-

Saque un colador y puse las manzanas dentro, empecé a lavarlas.

-Venia a ver como estabas

-Estoy bien –Dije y cerré la canilla-

-¿Segura?

-Si, segura. ¿Vos como estas? –Puse la tabla para picar sobre la barra desayunadora y comencé a cortar las manzanas en gajos.

-Bien. ¿Qué vas a hacer?

-Una tarta de manzana

No dijo nada mas. Segui cortando las manzanas. En una cacerola, agregue la fruta con el azúcar y la canela. Estaba buscando desesperadamente un molde para la tarta, cuando me di cuenta de las lagrimas tibias que se deslizaban por mis mejillas

-Lali, hey, Lali, ¿Qué te pasa?

-No encuentro el puto  molde, eso me pasa

-¡Lali! –Dijo con tono lastimero-

-¡Basta, Candela, basta de “¿Lali, estas bien?”! Basta de tanta lastima, basta de tratarme con guantes de seda porque aquel pelotudo me hizo cornuda con una de mis mejores amigas ¡Basta! Estoy harta de que vos me mires con tristeza, pensando si lo que diras me recordara a Victorio o no, harta de que en el trabajo todos se me queden mirando con…si, lastima

-Lali…-Ladeo la cabeza intentando contener las lagrimas-

-Y estoy harta de hacerme la fuerte solo para que la gente no haga lo que hace de igual forma, estoy harta, estoy cansada

Suspire y me deje caer en el suelo con la cara entre las piernas.

-Te juro que estoy cansada –Dije con la voz ahogada-

-Lo se, linda, lo se

-Es que ¿Por qué me hizo eso? Yo…te juro que lo amaba –Seque mi nariz con mi remera- y lo peor es que no estoy segura de haberlo dejado de querer

-Lali…

-Y Maria…lo esperaba de todos, pero no de ella –Acariciaba mi espalda arriba abajo…arriba abajo-. ¿Tan bosta soy?

-No, vos no tenes la culpa, Lali

-Es que no encuentro otro motivo

-No sos vos…

-¿Son ellos? Si, esa me la se. Me la he repetido una y otra vez desde ese dia y la verdad es que no tiene sentido

Suspire y me seque las lágrimas. De una forma inútil, porque seguian cayendo, una detrás de otra.

-Lali, no fue tu culpa, es estúpido que digas eso

-Seria estúpido que no lo dijera, ¿No? Lo peor es que no puedo hacer nada tan ridículo como ir a arrojarle huevos a su casa, o a su auto, o a él, porque tengo veintidós años, y…

-¿Y?

-Y que no pienso hacer eso. Solo me quiero revolcar en mi propio charco de autocompasión y lastima por mi misma

-Oh, eso si que te llevara a algun lugar –Revoleo los ojos, la mire- ¿Qué?

-Candela, vos no…

-¿Qué yo no entiendo? Claro que no entiendo, pero es que ya me harte de verte mal. El tipo te hizo cornuda, si ¿Qué mas? Listo, querida, move on. Tu vida no se te puede ir por eso

-No entendes, ese es el problema

-No, el problema es que vos sos una mina tan inteligente, pero la cagas haciendo este tipo de cosas, deberías estar…no se –Me miro y sus ojos se le iluminaron- Levantate

-¿Qué?

-O te levantas o te levanto

-¿Có…? –Me tomo el brazo y no lo solto hasta que me puso de pie-

-Veni

Me condujo de la mano por el corredor hasta mi habitación, me sento en la cama y abrió el placard de madera. Ahí seguían algunas pertenencias de Victorio. Ya estamos en la misma sintonía. Arrojo una caja al piso, era de madera, por lo que resonó en todo el lugar. Dentro habían unas figuras de nosequeprograma que habia comprado Victorio a un precio ridículamente alto para ser figuras de plástico. La mire y arquee mi ceja

-¿Qué?

-Aplastalo

-Candela, no se si sea…

-¡Aplasta la puta caja, Mariana! –Grito, me puse de pie frente a ella- Aplastala

-Son realmente caras

-¿Y las quieres re-vender en eBay acaso? ¡Aplastala!

Cerre los ojos e impulsada por sus gritos, levante la pierna y la deje caer sobre la caja con una fuerza enorme. Era una madera muy delgada, por lo visto, porque se deshizo bajo mi peso. Al igual que las figurillas. Suspire. Esto podría funcionar.

-Me tienes que estar jodiendo, ¿Figuras de Star Wars? ¿Tiene veintiséis o seis años? –Revolee los ojos-

Arroje otra pertenencia suya al suelo y repeti el proceso. Entre mas caro era el objeto, mejor me sentía yo. Terminamos rápido porque ella habia puesto la mayoría de las cosas en las valijas. Despues seguimos con los portarretratos que habia en una caja bajo la cama. Y al final del dia parecía que en mi casa se habia librado una batalla muy importante; Lali Cornuda vs. Lali Renovada. Y la Lali recovada habia quedado vencedora. Candela me invito a su casa, haríamos una pijamada como en los viejos tiempos. Lleve todo lo necesario para la tarta de manzana, ropa de trabajo para mañana y mis cosas de higiene. Llame a la señora de limpieza para que estuviera aquí mañana temprano, le dije que tenia mucho trabajo por hacer.

Antes de dormir, volvi a derramar lagrimas, pero no eran de tristeza, ni de felicidad, eran de alivio. Al romper todas esas cosas me senti liberada, muy liberada, y podrá ser inmaduro, incluso tonto y estúpido romper cosas por despecho, pero no saben lo bien que se siente hacerlo. Despues de tantos días de dormir dos horas, despertarme, y llorar hasta que sea hora de ir a trabajar, poner medio litro de maquillaje sobre mi cara, fingir una sonrisa y salir al mundo, hoy por fin pude dormir en paz toda la noche, despertar, darme una ducha y poner la cantidad justa de maquillaje que no provocara que me de un fuerte acné por tapar tanto mis poros. La sonrisa no era fingida, ni tampoco lo fueron los saludos que esparcí cuando llegue al trabajo. Enserio me sentía bien y creo que se nota. Suspire y sonreí.

Words can't bring me down

Dice Christina Aguilera en su cancion, yo le agregaría “Ni las acciones”. Experiencia propia.

-¿Salis a comer? –Me pregunto Sol, una compañera, despegue mi vista de la pantalla y la mire-

-Emm…mas tarde, quizá

-¿Segura? Hoy es cumpleaños de Matias y habrá chocotorta –Me sonrio, tentándome con la mirada-

Suspire y asentí. Apague el monitor y tome mi cartera.

Nos unimos a ellos en un restaurant que estaba a la vuelta de la esquina, literalmente. Al aire libre, con mesitas en la vereda y toldos que te protegían de los rayos del sol. Hoy no estan extendidos porque, por suerte, esta bastante nublado.

Habian pedido un platillo en general; Pollo a la plancha con espárragos trigueros y champiñones, acompañados de arroz blanco. Estaba bastante rico, y ligero. Inevitablemente recordé a Peter durante la comida del sábado y su pregunta tan fuera de lugar a personas que no conozco en absoluto.

A él tampoco lo conoces y aun así, lo besaste. Me dijo mi subconsciente. Ceja arqueada incluida.

Evadieron completamente cualquier tema que los llevara a hablar de trabajo. Contaron sobre su fin de semana, cuando me preguntaron solo dije “Oh, tranqui, un asado con unos amigos”. Si, ¡Amigos! Les dije “Amigos a un grupo de pibes que conocí ese mismo día. Cortaron la chocotorta, demasiado rica, debo admitir. Estabamos decidiendo si levantarnos o no, para irnos a la oficina, cuando un auto estaciono perfectamente en el cordón de la vereda. Con mucha agilidad bajo un hombre delgado, casi corriendo hacia dentro del local, venia hablando por teléfono, cuando salio, y su cara me era visible, me di cuenta que era Peter. Si, Peter Lanzani.

Casualidades de la vida.

Me sonrio y me saludo con la mano en la que traia la bolsa con los paquetes de comida, sin dejar de hablar por teléfono, subio a su auto y se fue.

Mi humor mejoro de una forma asombrosamente notable desde ese momento.

A la noche, y despues de una visita muy rápida a mis padres, volvi a mi apartamento. Habia comprado una rebanada de cheescake en un resturant que habia descubierto hace poco.

Llegue, me di una ducha, prepare un sándwich de milanesa. Lo comia mientras hablaba con Candela, leia un articulo del trabajo, y encendia la televisión para ver las noticias.

Sonaba una cancion muy linda de fondo, que empece a tararear sin darme cuenta. Hablaba del amor y de saber esperar.

Que haces? Que lindo fue verte hoy (:

¿Peter? ¿Qué hace Peter enviándome mensajes de textos? ¿“(:”? Okey.

Intento concentrarme en un caso muy importante, pero todo me distrae…vs?

Comprando helado…qres?

Emmm… ¿Estas bien?

Si, comprando helado. Queres si o no? Así compro mucho

…Si (:

En veinte llego, pone algo bueno para ver

Ok ¿estas bien, Peter?

Y ya no contesto. ¿Qué fue eso?

“En veinte llego” ¡Mierda! Recogí todo lo que estaba en la mesa ratona y me fui corriendo a la habitación, me mire al espejo e hice una mueca de desagrado. Me cambie el pantalón deportivo por un short de mezclilla, una remera de algodón y me hice un rodete. Un poco de desodorante y perfume en el cuello y detrás de las orejas. Puse la película de Justin Timberlake con Mila Kunis; “Amigos con Beneficios”. Espero que no entienda cosas que no son.

¿Eso espero?

No…si, o sea, eso espero.

¿Eso esperas? ¿Enserio? Me pregunto mi subconsciente con voz sarcástica

-¡Si, eso espero!

El timbre sono y suspire.

-¿Quién? –Pregunte, sabiendo ya la respuesta-

-Victorio

¿Qué? El aire se fue de mis pulmones.

-¿Qué queres?

-Habla, mi amor, ¿Pode…? ¿Qué mierda haces vos aca?

-No, la pregunta es que haces vos aca

¿Peter? Ay, no, no, no, no.

Baje, solo para encontrarlos hechos una bola de patadas y puñetazos. Una muy pequeña cantidad de gente se habia reunido a su alrededor, no intentaban separarlos, solo miraban. Suspire y los mire negando. Abri el cancel e intente agarrar un brazo… ¿O era una pierna? Bueno, algo. Jale la remera de Peter, que provoco que se separara de Victorio. Tenia el labio roto, eso me hizo sentirme feliz de alguna manera. Peter se puso en pie y me miro, suavizo su mirada.

-¿Estas bien? –Asintio con los ojos cerrados-

-¿Qué hace este pibe aquí, Mariana?

-¡Que te importa, Victorio, andate! –Se acerco a paso veloz, Peter me cubrió con su cuerpo y lo empujo-

-Andate de aca si no queres que te rompa la cara

-Animate, niño bonito, dale

-No me retes, imbécil

-¡Bueno, ya, los dos!

-Si, mi amor, veni –Me dijo Victorio, me tomo de la cintura y me hizo entrar en el edificio-

La cólera de que me estuviera tocando subio por mi garganta, mi mano tomo impulso y se estrello con su mejilla. Y ahí esta ese escozor de nuevo. Peter lo tomo por el cuello y lo saco del lugar.

-Si te vuelvo a ver cerca de Lali, te parto la cara, ¿Entendiste?

-Entonces aprende a boxear, porque de ella –Me señalo- no me separo tan fácil –Tomo unas flores que estaban en el suelo y las arrojo al tacho de basura-

En silencio, ambos subimos a mi apartamento.

-Pasa –Le dije con voz suave-

Puso la bolsa de plástico sobre la mesada y me miro

-Tenes el labio roto –Asintio-. Ya vengo

Tome el botiquín de primeros auxilios que mamá me habia obligado a comprar cuando me mude. Al fin lo iba a usar. Me recargue en el lavabo y suspire.

¿Qué acaba de suceder?

Esa paz interior que tenia hace una hora, se fue al carajo.

-No tenes que hacerlo –Me dijo cuando me miro con la caja en las manos-

-No te pregunte lo que tengo que hacer

Movi una de las sillas del comedor hacia el centro del living y mire a Peter. A regañadientes camino hacia mi y se sento, abrió las piernas y me instale en ese hueco. De alguna forma, esto es demasiado intimo. Moje el algodón con el agua oxigenada y lo pase por la zona inflamada, solo para desinfectar. No hacia mueca alguna. Empezo a subir sus manos por mis piernas, mis caderas, hasta que se instalaron en mi cintura. Lo mire, solo para encontrarme con su mirada profunda.

-¿Cómo te sientes? –Le pregunte casi en un susurro-

-Bien

-No debiste pelearte con ese imbécil

-No suenan bonito las groserías en una boca tan…

-¿Qué haces aquí, Peter?

-No puedo dejar de pensar en vos

-Fuiste vos el que dijo que el beso habia sido un error

-Si, pero me hizo sentir muy vivo

Me mordí el labio complicada. ¿Qué hago?

Pase mis manos por su nuca, por entre su cabello. Cerro sus ojos, disfrutando las caricias. Me acerco mas, levanto mi remera y deposito un suave beso sobre mi piel.

-Peter…

-No se que me pasa con vos –Dijo contra mi piel-

Se levanto, provocando que la silla se hiciera para atrás. Subio sus manos por mi cuerpo, acariciándolo suavemente. Llegaron a mi nuca y lentamente me acerco a él.

-Esto no esta bien –Dije susurrando. Nego-

-Pero se siente glorioso –Sonrei lentamente-

Sus labios se posaron sobre los mios, era un beso como el primero; Primero lento, y despues fue tomando cierta pasión, cierta…calentura. Camino hacia atrás, y me llevo con él, se topo con el posa brazos del sillón, se sento en él, sus piernas estaban en línea recta, por lo que no podíamos estar muy cerca, abri mis piernas y rodee las suyas, quedando casi a horcajadas sobre él. Sus labios viajaron por mi cuello hasta mi clavicula, devuelta a mis labios. Bese su labio inferior. La temperatura habia sudo considerablemente, tanto que la ropa me picaba. Mis manos despeinaban su cabello, mientras que las suyas dibujaban círculos en mi espalda, lentamente, contra las agujas del reloj. Beso mi barbilla, y bajo en línea hasta mi garganta, por la orilla de la remera. Un camino húmedo que termino en mi cuello.

¡Timbre!

¡Me tienes que estar jodiendo! Dijo mi subconsciente abanicándose con la mano.

Nos separamos, lo mire. Senti que mis mejillas se tiñeron de rojo. Baje mi remera y fui a abrir.

-¿Quién? –Pregunte por el intercomunicador-

-Hola…si, soy Gaston, el hermano de Peter –Mire a Peter con la ceja arqueada- ¿Esta ahí? –Destrabe la puerta-

-¿Qué hace aquí? –Se encogió de hombros- ¿Esto tambien fue un error? –Sonrio de costado-

Estaba a punto de contestar, pero dos golpes a la puerta hicieron que volviera a cerrar la boca. Abri la puerta. Gaston tenia gesto de desesperación.

-¿Qué pasa, men? –Dijo con tono cheto-

-El abuelo, Peter –Solamente eso pudo decir, antes de romperse en lágrimas-

-¿Qué paso?

Gaston no entro, Peter salio. Levanto la cara de su hermano e hizo que lo mirara.

-¿Qué paso, Gaston? –Le pregunto desesperado-

El rubio solamente negó, y Peter se deslizo por la pared, hasta tocar el suelo.

Me cubri la boca con ambas manos cuando por fin entendí lo que Gaston quiso decir.

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GRACIAS POR LEER (:

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