Capitulo 9: Aqui estoy yo.

Un grito muy fuerte me hizo salir de mi recién obtenido sueño. Peter. Me levante casi corriendo, incluso me golpee la rodilla con la mesa que sostiene un pequeño jarron. Tiene un pésimo sentido de la ubicación este chico.

Entre a su habitación, estaba muy alterado, retorciéndose en la cama, y solo gritaba una sola cosa…

-¡Abuelo! ¡Abuelo, veni! ¡Veni, volve!

Me acerque a él, tenia toda la remera humeda, llena de sudor, sus mejillas estaban inundadas en lagrimas. Lo zarandee con suavidad.

-Peter, hey, Peter

-Lali…

Ya, ya, ya, tranquilo –Le dije suave, acariciando su espalda-

-Lali…

-Lo se, lindo, lo se

Bese su cabello repetidas veces, hasta que se quedo dormido sobre mi pecho. Le saque la remera llena de sudor y la tire al suelo. Puse mi mano en su pecho. Podia sentir el latir acelerado de su corazón.

Ay, me da tanta tristeza verlo así despues de verlo tan feliz, tan contento, tan coqueto. Ay, Peter.

Bese nuevamente su cabello.

-Buenos días –Me susurro cuando abri los ojos. Asimile la luz durante un momento. Lo mire, me miraba sonriendo-

-Buenos días. ¿Cómo estas?

-Mejor, gracias enserio –Asenti y bese su frente-

-Veni, hare el desayuno

Sali de la habitación, pase por el espejo de cuerpo entero y me mire de reojo antes de continuar. No, no, espera ¡¿Qué?! Volvi al espejo y me mire bien; La camisola blanca de Peter me cubria, al menos, cinco dedos por encima de la rodilla, y ¿En que momento me quite el brassier? El primer botón estaba desabrochado, dejando muy poco trabajo a la imaginación.

¡Dios! De esta manera parece que Peter y yo…negué, mejor no entrar ahí.

Empecé a hacer el desayuno; Tortilla española. Era algo que me había enseñado una buena amiga que conocí en mis años de universitaria. Cuando nos egresamos ella regreso a España y yo me quede aquí, con todas las cosas que me había enseñado. La extraño. Debería escribirle un e-mail. O algo más actualizado, como un tweet.

Estaba sirviendo el desayuno en ambos platos, junto con tocino, y un vaso de jugo de naranja, cuando Peter entro a la habitación, ya duchado, con jeans y una remera negra. Descalzo. Se habia afeitado la barba de tres días que tenia. Se veía muy lindo.

Tampoco vayas por ahí, Lali.

-Que rico se ve todo –Le sonreí agradecida-. Gracias por quedarte, enserio, lo necesitaba –Tome su mano por encima de la mesada, miro nuestras manos juntas y un rastro de calidez cruzo por su rostro-

-Te conozco algo así como dos segundos, pero ya te tengo un gran cariño, y no me gusta verte mal

-Lali…-Asenti, se lo que va a decir-

-Yo tampoco quiero ser tu amiga, Peter, enserio que no –Levanto mi mano y beso la palma-. Desayunemos

Mientras nos deshacíamos de la comida, me platicaba lo que tenia pensado del anuncio. La verdad es que es muy bueno, y Eugenia tiene razón; Es el mejor en lo que hace. Habla con una pasión que…creo que ahora estudiare publicidad.

Lavamos todo juntos. Volvi a la habitación, me puse mi ropa, toda mi ropa, junto con mis zapatos altos y volvi al living. Él no estaba ahí, deje la camisola sobre la cama y Sali.

-¿Peter?

-En el estudio, cariño –Grito-

Cariño

Abri un poco la puerta y lo observe, estaba tan concentrado en el anuncio del automóvil que era exquisito de ver.

¿Tan enamorada vas a estar de este tipo, Mariana? Me dijo mi subconsciente.

Bastante importancia le he dado últimamente a esta parte de mi cerebro.

-Ya me voy –Le dije, entrando al lugar-

-Oh, ¿Ya? –Dijo con… ¿Desilusión?-

-Si, ya, necesito hacer unos trabajos en la oficina

-Esta bien, anda –Se levanto y se acerco a mi-. Gracias enserio por quedarte

-Bueno, no me ibas a dejar marcharme a menos de que me tirara por el balcón, ¿No?

-Claro que si insistías un poco mas podrías haberte ido. ¿Te hubieras ido? –Me acerque mas y acaricie su mejilla-

-No, no me hubiera ido

Suspiro, satisfecho con la respuesta. Acerco aun mas nuestras caras, haciendo que nuestras narices choquen, ladeo un poco la cabeza. Encajamos perfecto. Beso la comisura de mis labios. Cerre mis ojos disfrutando las suaves caricias que sus labios me provocaban.

¿Era posible sentir tanto en tan poco tiempo?

El beso se torno tierno, muy tierno, solo era un juego de labios. Su lengua le abrió paso por entre mis labios. Cuando nos separamos, con las respiraciones agitadas, jalo con sus dientes mi labio inferior. Sonrei.

Tanto en tan poco.

Me despedi de él y baje al estacionamiento.

Es cumpleaños de Agustin ¡¿Dónde mierda te metiste, Mariana?! Prometiste que estarías aquí para desayunar juntas y planear la fiesta de la noche. Sos joda?!

¡Mierda!

Ya voy a tu apartamento, perdón!!!

Le mande a Candela. Subi a mi auto y conduje muy por encima del limite de velocidad.

Llegue a mi apartamento, me di una ducha y me cambie a la velocidad de la luz. Tome una manzana y subi al apartamento de Candela. Cuando abri la puerta, estaba ella en el living, mirando la televisión con cara de que le había sacado la última colección de Chanel de las manos. Me miro y al parecer soy yo quien le quito la ropa tan exquisita.

-Perdón

-¡“Perdón” las pelotas, Mariana! Me lo prometiste

-Sí, lo sé, pero tuve algo más importante que hacer

Hizo un gesto como si la hubieran bofeteado

-Mala elección de palabras –Dije, en forma de disculpa-

-Ya no te necesito

-¿Ah, no?

-¡Claro que si! Pero estoy enojada con vos, encabronada con vos

-Bueno, lo siento

-Si, si, seguro. ¿Dónde estabas? –Pregunto levantándose y yendo a su habitación-

-Por ahí

Cuando volvió, tenia “La libreta”, es donde desde hace un mes tiene los apuntes para la fiesta sorpresa de Agustin. Empezo a hablar sobre el evento y su duda por donde habia pasado la noche, se vio eclipsada.

Una…o dos…o tres horas hablando sobre vasos, cotillón, bebidas alcoholicas y el tema central de la fiesta: Negro. Si, negro, todos debíamos vestir negro, y, esto es enserio, las rubias, teñidas o naturales, debían ponerse una peluca negra.

-¿Eso seria todo? –Pregunte cerrando la libreta y asintió-

Todo estaba listo para esta noche.

-¿Me vas a decir donde pasaste la noche o tendre que sacártelo a la fuerza?

Suspire. Pense que se le habia olvidado.

-Con Peter

-¿Peter…Lanzani? –Asentí- ¿Por qué?

-Quería saber como estaba, así que fui a su casa

-¿Y?

-Y…nada, eso, fui a su casa –Se inclino hacia adelante apoyando el codo sobre su pierna-, hablamos demasiado, se nos fue la noción del tiempo y…

-¿Y?

-Me quede a dormir –Puse especial énfasis en la última palabra-

-¿Solo a dormir? –Asentí- ¿Y como esta?

-Bien, la mayor parte del tiempo.

-¿Eh? –Negué-

No quería hablar sobre ello. No es de mi incumbencia.

-Bueno, creo que no da que lo invites a la fiesta

-No, creo que no –Asintió comprendiendo-. Me voy, cualquier cosa me llamas, ¿Si? –Asintió y agito su mano en señal de “Adiós”-

Sali del lugar y suspire. Baje a mi piso. Frente a la puerta habia una gran cesta de mimbre, me acerque mas y dentro habia cerca de dos docenas de rosas rojas, blancas y rosas pastel. No tenia tarjeta, al menos no una que se viera. Entre con la cesta al apartamento. Rebusque en su interior y encontré la tarjeta al fondo.

Te veo mañana a las ocho de la noche en el jardín de flores.

Vos sabes quien soy.

X.

No, ciertamente no se quien sos. Mire la tarjeta con extrema extrañes y, con una pua, la clave al pilar de madera donde ponía todo de lo que me tenia que acordar.

En el transcurso del dia, esa frase, “Vos sabes quien soy”, no dejaba de rondar mi cabeza. ¿Quién sos?

Que estas haciendo?

Peter. Ay, Peter.

¿Podria ser Peter?

Nada, vos?

Nada. Que haces a la noche?

Es cumpleaños de Agustin (El novio de Cande) y le hace una fiesta sorpresa

Oh

No te habia dicho porque pense que no tenias animos de una fiesta…

Pensabas invitarme?

Bueno…si

A que hora es?

Peter, estas seguro? No queres guardar algo de luto?

No creo en eso, Lali. Si no queres que vaya solo dilo

No, no, si quiero, enserio quiero (: 10 pm! Venite a mi apartamento, la fiesta es justo arriba

Entonces nos vemos

Peter, la fiesta es de negro

¿Negro?

Si, vestimenta NEGRA obligatoria

Bueno, que raro

Y decile a Euge que venga. Besito

(:

Suspire. Volvi a mirar la cesta. No, claramente de Peter no es. ¿De quien entonces?

Cuanto estaba terminando de atarme el ultimo lazo del zapato alto, sono el timbre. Me mire al espejo. El color negro en los labios me sienta muy bien.

-Hola, bombón –Le dije a Peter cuando abri. Me guiño el ojo y bese su mejilla-

-Hola, linda

-¿Queres algo de tomar antes de subir?

-No. Que lindas –Dijo señalando las flores-

-Gracias

Sabia que con ese “Que lindas” iba implícito un “¿Quién te las dio?” pero no podía contestar eso porque simple y sencillamente no se quien las envio.

-¿Nos vamos? –Asintio- ¿Y Eugenia? –Le pregunte cuando subíamos a la azotea en el elevador-

-Viene en camino –Asenti-

Me sentía tan comoda con él. La comodidad que no había tenido en un muy buen tiempo. Era fácil estar con él.

Lo mire y sonreí. Me miro y sonrio.

Que importa el tiempo y las palabras, si esta el lenguaje de las miradas

-¿Qué miras? –Me pregunto-

La puerta del elevador se abrió, ya casi estaban todos.

Pude localizar a un par de amigos, que me miraron curiosa. Claramente era por Peter que estaba a mi lado.

Nos fuimos acoplando al lugar, le presente mis amigos a Peter, o los amigos de Agustin y Candela, yo conozco a la mitad de la gente que esta aquí. Eugenia llego diez minutos despues, de la mano de Nicolás que me miro negando.

-¿Por qué te mira así? –Me susurro Peter al oído cuando se acercaban-

-Luego te cuento –Asintio y beso mi sien-

-Hola, divina –Me dijo Eugenia. Estaba enfundada en un vestido negro al cuerpo con zapatos que dejaban a Nicolás varios centímetros mas bajo que ella. Se puso una peluca negra estilo Mariá Felix porque su cabello es rubio-

-Hola, que linda estas –Le dije y bese su mejilla-. Nicolás –Lo salude tajante-

-Lali, hola –Asenti-. Peter –Estrecharon sus manos, Eugenia miro a Peter examinando su reacción-

¿No le cae bien? Mmh… eso explicaría muchísimas cosas.

-¿Queres algo de tomar? –Le pregunto a Peter, lentamente despego la mirada de Nicolás y me miro-

-Si, te acompaño. ¿Queres algo, Euge?

-Si, lo que sea –Peter asintió y me tomo del codo-

-¿No te cae bien Nicolás? –Le pregunte mientras tomaba una cerveza de recipiente de metal con hielo-

-No me cae mal, pero tampoco me cae bien. Lo soporto por ser novio de Euge

-Oh

-¿Qué es lo que te dijo? –Me pregunto. Destapo ambas cervezas-

-¿Resumiendolo? –Asintio con los ojos cerrados- Que me alejara de vos

-¿Qué? –Asenti, evaluando su reacción- Esta bien. ¿Te dio alguna razón?

-No, solo que me cuidara –Suspiro y miro a Nicolás-. No hagas nada, ¿Si? No hoy, no aquí –Asintio mirándome-. Vamos –Le tendí mi mano y la entrelazo con la suya-

Cuando llegamos con Eugenia y Nicolás, él miro nuestras manos y frunció el ceño. Solo queria gritarle

¿Cuál es tu problema?

Le di la cerveza que habia traido para él, a pesar de que Peter no le pregunto si queria una o no.

Eugenia y Peter comenzaron a hablar sobre Valentina y su fiebre. Nicolás me miro, negando disimuladamente. Le di un apretón a la mano de Peter. Me miro, despues a Nicolás con el ceño fruncido. Rodeo mi cintura con su brazo y me atrajo hacia él. Ese gesto a Eugenia no le paso desapercibido. Mi celular vibro en mi mano.

Ya vamos para alla ((:

Esta bien.

Me separe de Peter y corri a apagar las luces. Eso era una señal para que supieran que se tenían que agrupar en el centro. Tome la mano de Peter que resplandecía en la oscuridad por una pulserita verde. Dos segundos despues se escucharon los zapatos de Candela en el piso de metal.

-Espera

-Me voy a dar la cara contra el piso y va a ser tu culpa, Candela –Le dijo Agustin, quejumbroso como siempre-

-Aish ya

Le dijo. Abrio la puerta, encendio la luz y todos a un solo grito dijimos…

-¡¡SORPRESA!!

Agustin nos miro, si, sorprendido. Corri a abrazarlo. Rodeo mi cuerpo son sus brazos y bese su mejilla.

-Feliz cumpleaños, lindo

-Gracias, bombona

Bese su mejilla de nuevo y me separe. Le entregue la cajita aterciopelada.

-¿Me estas proponiendo matrimonio? –Dijo burlon-

El brazo de Peter rodeándome la cintura sin previo aviso me hizo dar un respingo.

-Feliz cumpleaños –Le dijo Peter, estirando su mano. Agustin se la estrecho-

-Agustin, te presento a Peter, un am…-Peter le dio un suave apretón a mi piel-. Peter, te presento a Agustin, el novio de Candela y gran amigo

-Un gusto, Peter. No me quedo claro que es él para vos –Dijo con una pizca de burlonería en su voz-

-Feliz cumpleaños –Le dijo Eugenia-

-Uh, gracias

-Agustin, te presento a Eugenia, amiga de Peter. Eugenia, él es Agustin, y ella es Candela, amigos mios. –Eugenia asintió, beso la mejilla de Cande y estrecho la mano de Agustin-

Con Nicolás se acabaron las presentaciónes. Habian logrado acomplarse muy bien a la fiesta. Mas que nada Eugenia, que todos los chicos la querían invitar a bailar. Candela nos miraba curiosa a Peter y a mi mientras estábamos en la pista. El trato de Peter para con Nicolás, si de por si era muy poco, desde que le dije lo que paso no le dirigio la palabra en toda la noche.

-¿Queres entrar? –Le pregunte a Peter, podía sentir al alcohol hablando por mi-

Me miro, dudando por un segundo. Hizo su sonrisa de costado y sabia que lo tenia en mi bolsillo.

Entramos a mi apartamento, a los besos y con sus manos viajando por todo mi cuerpo. Este chico me descoloca por completo. Se deshizo de mi chaqueta arrojándola por los aires. Se quito los zapatos, yo avente los mios tambien, caminamos hacia mi habitación lentamente…

-Uh, la puta madre! –Dijo separándose, se miro el pie, y lo levanto. Se habia clavado una púa, como la que use para clavar la tarjeta- Toma, se cayo esto –Dijo extendiéndome la tarjeta con una mancha de sangre. La miro de reojo y frunció el ceño- ¿Qué es esto? –Pregunto para si mismo, se sento en el poza brazos del sillón y la miro con atención- ¿Quién te mando esto? –Me pregunto con la voz cargada de… ¿Celos?-

-No lo se

-¿Y vas a ir? Me imagino que…

-Si

-¿Qué? Podria ser un secuestrador

-No. No se. No. Tengo curiosidad

-¿Es joda, no? –Negue-

Suspire. Asintio. Se puso sus zapatos, beso mi frente y se fue. ¡Se fue!

Mire la tarjeta, la habia dejado sobre la mesada. Me di una ducha y me acoste.

Al dia siguiente, me vesti para ir al trabajo. Fue un dia bastante normal. Cheque mi celular al menos doce veces por minuto para ver si entraba algun mensaje de Peter. Nada. La cabeza me habia empezado a doler. No habia comido nada, tenia el estomago cerrado. Seguia pensando en si iria esta noche. La voz de Peter cargada de incredulidad, preguntándome si enserio iba a ir, rondaba por mi cabeza.

Llegue a mi casa a las cinco con cuarenta, me prepare un sándwich de pavo, un vaso de jugo de naranja. Esperaba que el dolor se disipara con la comida, mientras decidía que me pondría.

Sali rumbo al lugar a las siete cuarenta. Llegue, estacione y mire el porton que decía

Jardin de Rosas de Buenos Aires

Suspire y entre.

Que sea lo que dios quiera. 

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GRACIAS (:

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Beso