Capitulo 8: El ultimo adiós.

Mis mejillas no dejaban de estar humedas desde que Gaston me dio la noticia. Habia sido por un paro cardiaco, murió en el momento.

¡Dios! Duele tanto.

Estaba sentado en el sillón negro de cuero, frente al ataúd. Eugenia rodeaba mi brazo con el suyo, mi abuela estaba deshecha en los brazos de Gaston. Habia muchísimos familiares y amigos en el lugar, a la mitad de ellos se que no los conozco. Mire al costado, estaban Mariana y Candela. Lali tenia un gesto muy triste, que se intensifico cuando nuestras miradas se encontraron.

-Lo siento mucho –Escuche la voz de Natalie, literalmente, a mi lado. La mire, tenia los ojos rojos. ¿Habia estado llorando?-

Abrazaba a mi abuela, beso su frente y la volvió a sentar al lado de Gaston. Le susurro algo que no llegue a escuchar. Me miro y me sonrio con tristeza, me puse de pie y la abrace. Las lagrimas volvieron a salir. Ella entendía todo lo que estaba sintiendo justo ahora, paso por lo mismo con su abuela hace dos años.

-Veni, vamos afuera –Asenti-

Me deje llevar por ella. Le di una ultima mirada a Lali, que me sonrio comprensiva.

Bajamos hasta el jardín del lugar. Estabamos en la funeraria. Despues iríamos al panteón.

-¿Qué paso?

-Fue un paro cardiaco, no pudieron controlarlo y…-Negue-

-Lo siento mucho, Peter –Asenti y me cubri la cara con las manos-. Vos sabes todo el cariño que le tenia a tu abuelo y…

-¿Por qué estas aquí, Natalie? –Dije, con la voz ahogada en lagrimas. En sufrimiento-

-Porque aunque ya no te amo, te sigo queriendo, y a tu familia la quiero, y a tu abuelo lo queria, y...yo cumplo mis promesas

-¿Qué?

Me seque las lagrimas con el dorso de la mano.

-Una vez te prometi que siempre iba a estar con vos, en los momentos tristes y en los felices, siempre

Oh, si, cuando hizo esa promesa que olia a votos matrimoniales.

Revoleo los ojos en mi interior.

-Gracias por estar aquí –Asintió restándole importancia-

-¿Queres volver a entrar? Seguro tu familia ya se esta preguntando que si en donde te metiste –Dijo, despues de una eternidad de un silencio reconfortante-

-No lo quiero ver en el ataúd, ahí, tan…-Negue y volvi a sentir ese agujero en el pecho-

Me rodeo los hombros con ambos brazos. Se levanto y me abrazo el cuello, apoye mi cabeza en su vientre. Me sentía tan…no yo.

-Peter…-Me llamo Eugenia, abri los ojos. Natalie se alejo- van a rezar una oración para llevarlo al panteón, me pidió la nona que te viniera a buscar

Asenti y me levante. Eugenia abrió sus brazos y la abrace. Natalie venia detrás nuestro. Volvi a entrar a la sala, ese lugar cargado de tanta tristeza. Ocupe mi antiguo puesto, Lali y Candela seguían en sus lugares. Las mire agradeciéndoles por estar, aunque las conozca…nada.

El cura rezo un padre nuestro, un ave maria y pidió por el ascenso del alma de mi abuelo al cielo. La nona ya lucia mas tranquila, pero no se veía bien, Gaston tenia la mirada perdida. Una mano se enredo con la mia, la mire; Lali me sonreía, beso mi brazo.

-No es momento –Escuche que Eugenia le dijo a Natalie-

No habia sentido tan vacia el alma como cuando vi descender el ataúd al agüero de tierra en el suelo. Iba a descansar en el panteón familiar, donde estaba mamá, donde estaban los bisabuelos, donde estaba toda la familia Lanzani.

Eugenia habia vuelto a mi lado. Estaba en medio de Gaston y yo, a ambos nos daba contension con sus brazos enredados a los nuestros. Lali se habia tenido que ir. Yo le rodeaba los hombros a Natalie con el brazo. Era raro tenerla al lado sabiendo todo lo que hablamos el otro dia.

Pedi no dar ese discurso que dan los seres queridos y mas cercanos al difunto. No me sentía seguro de poder hablar mas de cinco minutos sin ahogarme con mis propias lagrimas. Antes de que lo bajaran al lugar donde iba a descansar su cuerpo para toda la eternidad, puse su pipa sobre el vidrio que esta entre la tapadera y él. No podía dejar que se fuera sin ella.

-Me voy a casa, ¿Llevas a la abuela vos?

Le pregunte a Gastón una vez que todos se fueron. Asintió y llevo a la nona al auto, me quede con Eugenia sentado en una de las sillas negras que quedaban en el lugar. Natalie también se había retirado.

-¿Qué queres hacer? –Me pregunto, casi susurrando-

-Quiero quedarme acá, solo, a hablar con él

-¿Seguro? –Asentí- Esta bien, me llamas cuando llegues a casa –No fue una petición, fue una orden. Asentí de nuevo. Beso mi mejilla y se fue en silencio-

-¿Por qué te fuiste, viejo? –Dije y suspire, aguantando las lagrimas que ya estaban por salir- ¿Por qué me dejaste, viejo? ¿Por qué nos dejaste, abuelo? ¿Por qué? La nona está destruida, ¿La viste no? ¡Tenes que volver! No me enseñaste un montón de cosas. No me enseñaste como fumar pipa sin que la nona te descubriera. Abuelo…volve

Deje caer mi cabeza entre mis manos. Mis ojos dolían, ardían, por todo lo que han trabajado en estas horas.

Siento que una parte de mi vida murió. Y es que es así.

No se cuanto tiempo despues, me levante, camine hacia la tumba y me incline para darle un beso a su nombre. Volvi a mi auto y conduje hasta mi apartamento.

Ya llegue a casa! Hablamos despues, te quiero!!

Le mande a Eugenia y me acoste en mi cama.

Ay, abuelo.

-¿Qué vas a ser cuando seas grande, hijo?

-Piloto

-¡¿Piloto?! –Me pregunto entre risotadas-

-Si, piloto, así que te podre llevar a las islas Galápagos, ¿Te acordas que me dijiste que querías ir?

-Si, si. Gracias, hijo –Beso mi frente-

***

-¿Vas a estudiar publicidad?

-Si, algo así

-¿No que querías ser piloto?

-Viejo, eso fue cuando tenia cinco años, antes de descubrir que le tengo un cagaso enorme a las alturas –Solto una carcajada gruesa-. Ademas, podre decirte cuando lancen al mercado tabaco para pipa de primera calidad

-Gracias, hijo. Que no se entere la nona –Dijo y puso un dedo en sus labios-

***

-Ella es Natalie –Le dije enseñándole una foto-

-¿Estas enamorado de ella?

-No se si enamorado, pero le gusto

-¿Y ella a vos?

-Si…creo

-¿Crees?

-Si

-Tenes veinte años, hijo, necesito nietos

-Mas adelante, viejo

***

-Cuando tenia tu edad…

-Hace dos segundos, ¿No?

-Hace un segundo, ubicate. Bueno, cuando tenia tu edad, me gustaba mucho una chica

-¿La nona?

-No, no era la nona

-Era una chica muy linda, muy accesible y muy…todo lo contrario a la abuela, ¿Sabes?

-¿Y que paso con ella?

-Se caso

-¿Con quien?

-Con alguien que era todo lo contrario a mi. Mi hermano

-¡¿El tio Humberto?!

-Si, el tio Humberto

-¿Y?

-Y meses despues conoci a tu abuela y supe lo que era el amor –Asenti-

-¿De que va esto?

-Que te deseo con toda el alma que vos te enamores como yo me enamore de tu abuela

-¿De Natalie?

-No, Natalie es para vos lo que era para mi la esposa de tu tio Humberto, ya te llegara el amor verdadero

***

-Estoy muy orgulloso de vos, hijo

***

-Me gusta una mina

-¿No Natalie?

-Definitivamente no es Natalie

-¿Entonces?

-La conocí ayer

-¿Y?

-La mina es muy…difícil

-Así son las mujeres, Pedro, no hay que comprenderlas, hay que amarlas

***

-¿Abuelo, sos vos?

-Si, hijo, soy yo

-¿Por qué te fuiste?

-Me llego la hora. Aca arriba necesitaban algo de diversión, ¿Sabes?

-Te extrañamos mucho

-Y si, es obvio –Sonrei con lagrimas en los ojos- ¡Deja de llorarme, che!

-Es triste que te hayas ido, no sabes cómo está la nona

-La nona sabe que estoy mejor acá arriba. Te quiero decir una ultima cosa antes de no vernos mas –Asentí-. Te quiero muchísimo, hijo, y estoy muy orgulloso del hombre que sos

-Gracias por ser el abuelo…el padre perfecto

Me desperte con las mejillas humedas.

Gracias, abuelo.

Mire mi teléfono; Tenia cuatro llamadas perdidas de los clientes de Alemania, dos de Lali, cuatro de Euge, dos de Natalie y dos de Gaston. Un mensaje de Natalie, uno de Lali y uno de Euge. Doscientos mensajes en Whatsapp y una notificación de llamada perdida de Skype.

Natalie

Peter, lamento muchísimo lo de Juan, enserio. Ahora estoy por tomar el avión rumbo a Barcelona. Te quiero muchísimo. Fuerza.

Xoxo

Lali

¿Estás bien? Lamento mucho lo de tu abuelo. Espero que estes mejor

Eugenia

Voy camino a tu casa!

¿Qué? Esto me lo envió hace dos minutos, es decir que…

El timbre sono interrumpiendo mis pensamientos. Shit.

-¿Quién? –Pregunte con la voz rasposa-

-Eugenia y Valentina –Suspire y abri-

Me mire al espejo, y si, tenia una pésima apariencia.

Anda a bañarte, no quiero que Valentina te vea así

Me mando Eugenia. Sonrei. ¿Tanto me va a conocer?

Entre a la ducha. Me pare bajo el agua helada durante cinco o seis minutos, dejando que me despierte por completo. Cuando Sali, ya vestido, Valentina corrió hacia mi y se abrazo a mis piernas.

-Hola, pulga –La levante y mire a Euge, estaba en la cocina preparando algo que olia delicioso-

-Hola, pulgo –Me dijo, tierna, tomo mi cara entre sus manitas y me examino- ¿Cómo estas? Euge me dijo que estabas triste y que por eso no pudimos venir ayer.

-¿Ayer?

-Estuviste solo todo un dia, Peter –Dijo Eugenia acercándose-

-¿Qué?

-Si, ayer vinimos a tu apartamento, pero no atendiste, te llamamos al celular, pero no contestaste. Decidimos darte tiempo.

¿Qué?

Revise mi celular, y si, todas las notificaciones, mensajes y llamadas eran de ayer y hoy. ¿Dormi todo un dia sin darme cuenta? ¿Es eso posible?

-¿Queres comer?

-No tengo mucha hambre

-Bueno, hice ravioles con pollo, veni –Me dijo y tomo a Valentina-

La comida estaba muy rica, pero mi estomago estaba cerrado, por lo que no llegue a comer mucho. Eugenia me miro con actitud reprobatoria, se que entiende.

-¿Y como la llevas? –Me pregunto Eugenia mientras limpiábamos la cocina-

-No me di cuenta que dormí todo un día, date una idea –Asintio-

-¿Y Natalie?

-En Barcelona, o camino a Barcelona, o llegando a Barcelona…la verdad es que no se, y tampoco me interesa

-¿Y Lali?

-Me llamo –Dije extrañado, me miro-. Si, como cinco veces

-¿Y no la has llamado? –Negue-

-No, tambien me mando un mensaje para saber como estaba

-Mira vos, le importas

-¿Vos pensas?

-Y si, ¿Ya garcharon? –Solte una carcajada- Contestame, dale

-Ah, lo preguntas enserio

-Si

-No

-¿No?

-No

-Que…raro

-¿Raro? –Dije. Cerro la canilla y me miro-

-Sí, raro. Vos, Peter Lanzani sin garcharte a una mina que te gusta apenas la ves, es raro –Suspire y negue-

-Es diferente

-¿Por qué es “diferente”?

-Porque ella esta como…rota

-¿Rota?

-Sí, rota

-Explícate

-Rota en el sentido de que Victorio le hizo tanto daño que es evidente que algo se rompió dentro de ella

-¿Y?

-Y que no se si pueda con algo así, ¿Sabes?

-Si estas enamorado de ella, y ella de vos…-Se encogió de hombros- Bueno, no se

-No, no, para. No estoy enamorado de ella

-¿Ah no? –Negue- Pense que si, bueno…

-¿Pensaste que si? ¿Por qué pensaste que estoy enamorado de Lali?

-Porque…-Se encogió de hombros- sos muy cuida con ella, sos diferente con ella

-¿Diferente como? Deja de usar esa palabra

-Bueno, es que a ninguna piba la habías presentado tan rápido con los chicos, me contaste que le hablaste de ella a…a tus abuelos –Miro mi cara en busca de alguna reacción, como no la encontró siguió-, le diste tu remera para que los chicos no le vieran el cuerpo…cosas simples como esas, en vos, dicen mucho

-¿Entonces vos pensas que yo –Me señale- estoy enamorado de ella –Apunte a un lugar inexistente-?

-¿Qué si lo pienso? Si, lo pienso. Que sea verdad eso si no se. Contéstame vos

-Es que…

-¡Eugenia, Eugenia, veni! –Llego Valentina corriendo desde el living. Tomo la mano de Euge y se la llevo. Las segui- Mira esto, ¿Me llevas? –Apunto a la televisión. Estaba saliendo el anuncio del concierto de una piba-

¡TOUR A BAILAR DESPEDIDA EN BUENOS AIRES, SOLAMENTE POR ESTA OCASIÓN!

-Emm…tenes cinco años, changa, eso es para niñas mas grandes. Te llevo al de Topa o al de Violetta

-Mejor no me lleves a ningún lado –Le dijo indignada-

-Bueno

-Tengo que trabajar –Les dije, me miraron y asintieron-

Entre al estudio y encendí la computadora. Cuando estaba por abrir el programa para que la inspiración llegara, mi teléfono vibro anunciando un mensaje

Lali

Hola, si, se que soy pesada, pero enserio quiero saber si estas bien o no, el dia del funeral te veias muy mal y…nose, me preocupas. Si no me contestas voy a ir a tu apartamento y esta vez no me importa si no me abris

¿Vino ayer?

Eso, de alguna forma, me hizo sentir muy bien

Jajaja tranquila vos!! Estoy bien, gracias por preocuparte. Y si queres venir, veni. Me parece que dejamos algo inconcluso el otro dia. 

Sonrei y le di a “Enviar”. Al segundo me contesto

SOS UN DESUBICADO!!! Si, ya estas mejor. Listo, no te jodo mas.

Me alegra que estes mejor.

Gracias (:

Puse el celular en silencio y, con una sonrisa, me puse con el trabajo de los Alemanes. Casi estaba terminando la primera parte, cuando dos golpecitos en la puerta me hicieron desconcentrar.

-Mierda –Dije por lo bajo-. Adelante

-Hola –Mire hacia la puerta para comprobar que era verdad lo que estaba escuchando. Lali-

-Hola –Le dije. Se acerco y beso mi mejilla- ¿Cómo estas?

-Bien, ¿Vos?

-Mejor, gracias por preocuparte –Asintio-. ¿A que venis?

-Sigo el impulso

-¿Qué impulso?

-Emm…-Me tomo de la remera y me beso-

¡Ella me beso! ¿Qué?

-Este –Me dijo, timida, cuando nos separamos. Asenti-

-Entiendo –Le sonreí, y volvi a chocar nuestros labios-

-¿Qué hacias? –Me pregunto y beso mi mejilla-

-Lo de los alemanes

-¿Me mostras? –Asenti-

-¿Quién te abrió?

-Euge

Le explique lo que tenia en mente para el anuncio. Me miraba fascinada. Preguntaba cuando no entendía algo, y me sugería ciertas cosas como cambiar el color de esto, o doblar la línea aquella. Enserio parecía gustarle todo.

-¿Y vos que haces? –Le pregunte, saliendo de un tema sobre líneas horizontales en el fondo del anuncio-

-Abogacia, te dije antes

-Si, pero ¿Que mas?

-Bueno, la fotografia me encanta

-Hablame de eso, a ver

Sonrió tímida y asintió. Paso un mechón de su cabello por detrás de su oreja y comenzó a hablar sobre sus inicios; Con una cámara de fotos instantáneas que le regalo su abuela cuando era pequeña. Siempre se quizo dedicar a eso, pero a su padre no le emocionaba la idea, o no le gustaba. Hablaba con tanta pasión sobre el tema que con solo escucharla te das cuenta que es lo que enserio le gusta. Le sugerí que comenzara con su estudio de fotografía, que lo atendiera cuando tuviera algo de tiempo del trabajo. Dijo que lo pensaría, aunque sus ojos me dijeron que tenia un miedo terrible. Lo deje pasar.

-¿Y como te decidiste a estudiar esto? –Me pregunto, señalando la pantalla-

-Vi un anuncio enorme sobre condones

-¿De condones? –Dijo antes de soltar la carcajada-

Que lindo se rie. ¡Focus, Lanzani, focus!

-Si, de condones –Rei-. Fue una noche de boliche

-Que cosas vos, eh –Se mordió el labio-

-Bueh

-Bueno, continua con tu historia de los condones

-No es una historia de condones…-Resople y negue-. Bueno, el punto es que tenia un eslogan tan bueno que era imposible no comprar, ¿Entendes? Te atrapaba con la frase, y yo queria hacer eso

-¿Qué? ¿Hacer que las personas compraran condones?

-Hacer que las personas compren, no importa que –Remarque esto ultimo-

-¿Por qué?

-¿No te parece fascinante el poder de convencimiento que se posee con una sola frase?

-Emm…¿No?

-¡¿No?! Lali…-Dije frustrado- ¿No te han vendido productos que son una mierda con un eslogan bastante convincente?

-¿Eso es lo que haces, venderle mierda a las personas?

-No, yo no les vendo nada, yo los ayudo

-Es casi lo mismo

-¿Qué seriamos sin el consumismo? –Achino los ojos y miro la pantalla-

-Tienes algo muy bueno aquí –Asenti-

-Gracias. Es lo que mandare como primer avance

-¿Para?

-Para que depositen la primera parte de la cuota

-Oh…sin ser desubicada, ¿Cuánto te pagan por un trabajo asi? –Me rasque la nuca mientras pensaba-

-Yo decido cuanto –Asintio y señalo la pantalla-, veinte mil dólares es la primera cuota –Abrio los ojos como dos platos-

-¿Y cuantas cuotas son? –Levante tres dedos en el aire- God!

-¿Y vos?

Empezo a contarme sobre su laburo en el buffet de su padre. Dice que le gusta, pero que no le apasiona, o al menos no tanto como la fotografia. La carge con un par de comentarios parecidos a los que hizo ella conmigo. Eugenia vino a avisarnos que ya se iba, antes de salir del estudio me lanzo una mirada curiosa, solamente negue. No pasa nada aquí.

-Ya se hizo muy tarde –Dijo Lali cuando miro por la ventana-

Estabamos sentados en el piso, platicando de la vida misma, cuando nos dimos cuenta que habíamos pasado demasiado tiempo perdidos entre carcajadas y charlas sobre chocolate.

-Si –Asenti y encendí la computadora. Termine de mandar el correo con el primer avance a los alemanes mas mi cuenta bancaria- ¿Queres cenar algo?

-Emm… ¿Pi?

-¿Qué pasa? –Sonrei ante el sobrenombre-

-Me tengo que ir

-Son las doce de la noche, La

-Si, ¿pero y que? No puedo quedarme a dormir con vos

-No, conmigo no, vos dormis en el cuarto de invitados, ¿Te va? O en mi cama y yo duermo en el cuarto de invitados

-Peter, no da

-Bueno, no te voy a dejar irte a esta hora, así que investiga como saltar desde un decimo piso y salir ilesa

Sali con rumbo a la cocina, tenia enserio hambre. Hace mucho no la pasaba tan bien con una mujer, Y sin sexo. Y sin que no fuera Eugenia.

-¿Qué preparas? –Me pregunto cuando entro a la cocina-

-Panqueques, ¿Queres? –La mire y lentamente asintió- ¿Entonces te quedas?

Mi voz salio con mas emoción de la que deberia. Me miro sonriendo y asintió. Asenti satisfecho. Termine de hacer una gran torre de panqueques y los puse sobre la mesada, diez en cada plato

-Son demasiados –Asenti-

-Y mira –Saque las chispas de chocolate de la alacena y la miel de maple-

-¿Qué vas a hacer? –Estire la piel debajo de mi ojo-

Puse un puñado de chispas sobre cada torre y derrame miel encima. La mire y tenia los ojos iluminados.

-¿Qué es eso?

-Un secreto –Puse el índice sobre mis labios-

-¿Cómo te mantienes tan delgado?

-Eso tambien es un secreto

Solto una pequeña risa y la mire. La mire con detenimiento, admirando cada parte de su cara. Su cara tan perfecta, con un lunar demasiado pequeño para la vista, pero que desde donde estoy se ve perfecto, su naricita pequeñita, como un poroto, esos ojos lindos color marron oscuro, sus pestañas largas, sus cejas perfectamente delineadas, y esos labios ¡Sus labios! Solo quiero perderme en ellos una y otra vez. Lentamente sus comisuras se elevaron. Sali de mi trance y la mire.

-¿Disfrutando la vista?

-No sabes cuanto

Sonrojo ante mi respuesta.

Cenamos frente al televisor, aunque solo servia como sonido de fondo porque no lo veíamos realmente. Lali me contaba sus anécdotas en el campamento de fotografia al que fue cuando tenia quince años, le habia dicho a su padre que habia recibido una visita guiada por una de las universidades de abogacía mas prestigiosas del país. Me mostro unas fotos que tenia en su celular. Era, es, realmente buena.

-Toma –Le di una camisola y unos bóxers mios-

-¿Enserio? –Levanto la ropa interior en el aire. Tenia un estampado de corazones rojos. Ella se mordía el labio para no soltar la carcajada-

-Fueron un regalo –Listo. La carcajada salio fuerte y clara-

-Que regalitos te hacen a vos, eh

Entro al baño, y mientras ella estaba ahí yo me puse mi pijama que usualmente consistía en unos bóxers solamente, pero hoy me puse una remera. Salio con los bóxers en la mano. Mire sus piernas, la camisola le llegaba hasta arriba de la rodilla. Me miraba timida.

¡El autocontrol que estoy teniendo es el señor autocontrol!

-Buenas noches

Me dijo antes de salir de la habitación. Le sonreí y me acoste en mi cama.

-Ya, ya, ya, tranquilo –Me decía Lali acariciándome la espalda-

Había despertado en la noche, o madrugada, gritando y con la cara húmeda. Lali entro como una tromba a la habitación.

-Lali…-Dije con la voz ahogada-

-Lo se, lindo, lo se

No me podría olvidar jamás de la cara de mi abuelo en mi sueño, lucia tan bien al principio, pero despues empezó a llorar, y cuando me acerque a él me tomo por la remera, acerco su cara a la mia, y a centímetros susurro...

-¡Ayúdame, hijo!

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